Sección publicada en El Blog entre el 2011 y el 2012
EL JIPI

NOMBRE COMÚN: Jipi.

NOMBRE CIENTÍFICO: No podemos poner el nombre científico del Jipi porque lo ha donado a un campamento de refugiados en Somalia. El Jipi, como el fútbol, es así; no se puede luchar contra los elementos.

CARACTERÍSTICAS: Aclarar primeramente que el Jipi no es, como piensa la mayoría de gente, una tribu urbana –bueno, en este caso una tribu campestre o rural–, sino una especie humana. El Jipi es como el Gracioso: en todos los grupos humanos hay uno. Pero no al menos uno, sino uno y solamente uno. Se desconoce el motivo, pero los Jipis, aparte de cuando se reúnen en conciertos y acontecimientos concretos o para el apareamiento, se diseminan entre los grupos humanos sin estar nunca dos o más en uno de ellos. Al respecto hay dos teorías principales: la primera es que los Jipis realizan una especie de evangelización jipil, en plan testigos de Jehová, por lo cual cuanto más se expandan mucho mejor; y la segunda, quizás la más aceptada, la cual dice que al resto de especies humanas un Jipi en general no les molesta, incluso puede resultar entrañable, pero que cuando se juntan dos ya lo consideran multitud. Que cada cual saque sus propias conclusiones, pero en Fauna Humana nos inclinamos por esta última.
Por lo demás, el Jipi es un humano bastante conocido. Su característico vestir y su característica cabellera le hacen inconfundible. Siempre, aparentemente, preocupado por la humanidad, el medio ambiente –y hasta el entero–, el reciclaje, los excluidos, las guerras, los desheredados, los animales, los inmigrantes y, en resumen, cualquier situación que haya en el mundo que dé penita o sea injusta, el Jipi hará de su vida una misión de paz y amor… hasta que deje, como veremos más adelante, de hacerlo. El Jipi, mientras es Jipi, sólo hace cosas de Jipi. Va descalzo por la calle, no come animales, escucha solamente música hecha antes de 1970 –momento, según ellos, en el que todo dejó de tener sentido– y odia a Bob Dylan por traidor, ayuda a ancianitas a cruzar la calle, reparte flores indiscrimidamente, canta canciones folk con su guitarrita a la vera de cualquier hoguera que encuentre por ahí abandonada, colabora con oenegés, utiliza expresiones como ‘percepción astral’, ‘comprensión universal’ o ‘energía cósmica’, y, en definitiva, son tan buenos, tan humanos y tan amorosos que, a veces, dan ganas de pegarles una hostia. Con cariño y amor lo decimos, pero que dar ganas, dan ganas.

TIPOS: Increiblemente, hay dos tipos de Jipis: el Auténtico y el Postal. El auténtico es, como su nombre indica, un Jipi que realmente cree en el jipismo. Buena gente, tranquilo y apacible, hará lo que su consciencia le mande en todo momento y así será durante el resto de su vida. Admirable. El Postal, que debe su nombre a la expresión popular ‘jipi de postal’, sólo es Jipi sin embargo durante un periodo más o menos largo de su existencia. Llegado a un momento de su vida, ganarán más dinero del que su jipismo podría tolerar y entonces, en una anormalidad dentro de la fauna humana, mutará a otra especie. No es como el caso de la semana pasada, también rarísimo, de un Tuquemiras Cohibido que puede mutar en un Broncas, que no deja de ser otro Tuquemiras. El Jipi Postal puede reconvertirse en muchos y muy variados especímenes humanos. Por citar sólo unos pocos, el Postal puede convertirse en un Quieromaspasta, en un Vuelveatupaís, en un Confranconopasabanestascosas o en un Querreciclesuputamadre, humanos, como vemos, no sólo muy diferentes al Jipi sino que, en muchas ocasiones, totalmente antagónicos. Jipis Postal muy conocidos serían, por ejemplo, Federico Jiménez Losantos o Fernando Sánchez Dragó. El Jipi Auténtico está considerado por la UNESCO como una especie en extinción, pero en cambio el Jipi Postal, infinitamente más numeroso, inunda el planeta, en un ciclo eterno de metamorfosis: nace, es Jipi, muta en crisálida y, finalmente, se convierte en un cabrón. Y así hasta el fin de los tiempos.

HÁBITAT: Aunque, como hemos explicado, se les puede ver en todo tipo de entornos rondando a todo tipo de grupos humanos, los hábitats preferidos de los Jipis cuando ejercen su labor jipil son ferias, mercadillos, conciertos gratuitos o festivales que, y esto es importante, se realicen en ubicaciones cuanto más rurales y rústicas mejor. Llegados a su destino, cualquier rincón será su hogar: bajo un árbol, junto a un río, dentro de una cueva… Es bastante habitual sin embargo en el mundo jipil que los Jipis posean un vehículo, preferiblemente furgoneta, en la que no sólo se moverán por el ancho mundo con infinita libertad, sino que además podrán utilizar como vivienda, dando igual dónde se encuentren en cada momento. Los susodichos vehículos suelen ser cacharros viejísimos que contaminan como un Boeing 747, pero no debe explicarse tal cosa al Jipi a riesgo de que, tan ecologista como se considera, pudiera entrar en una espiral de contradicción existencial que podría llevarle al colapso ético y humano, e incluso al del sistema nervioso. Mucho cuidado.

ALIMENTACIÓN: La especialidad de los Jipis es el mundo vegetal en todas sus ramificaciones. Los Jipis comen hierba en forma de ensaladas, beben hierba en forma de infusiones y fuman hierba en forma de… en forma de porro, básicamente. Y ya. Con eso sobreviven. Por eso, cuando mutan a otra cosa, los Jipi Postal practican la caza, comen carne hasta hartarse y se convierten en los especímenes humanos más sanguinarios. Es una reacción humana más o menos lógica. No decimos que elogiable: decimos lógica.

APAREAMIENTO: Aquí sí. Si bien se distribuyen y se mezclan por la Tierra con normalidad, los Jipis, normalmente, suelen aparearse con otros Jipis, aunque se cree que es más cosa del resto de especies que de una elección pura y dura del Jipi. La teoría más extendida al respecto asegura que, claro, que el Jipi considere que tiene que existir el amor libre y el sexo sin freno no quiere decir que el resto de especies humanas tengan que estar de acuerdo con tal filosofía, por lo cual el Jipi suele acabar, por descarte, con otro Jipi. Muchos consideran también que éste es el principal elemento que hace que los Jipi Postal terminen convirtiéndose en otra especie, pero es mucho asegurar porque es una teoría sin confirmar.

COMPATIBILIDADES: Excepto en las excepciones que veremos después, el Jipi suele ser altamente compatible con la mayoría de especies. Es un espécimen que vive su vida y no suele molestar a los demás, así que es bastante aceptado. Con la excepción de un Jipi Postal que ni en su época Jipi fuera creíble como Jipi, que en tal caso sería repudiado porque a la raza humana en general una de las cosas que más le disgusta es la falsedad.

INCOMPATIBILIDADES: No hay muchas, pero las especies que son incompatibles con el Jipi son verdaderamente incompatibles: los Quieromaspasta, los Menostonteriaymastrabajar o los Confranconopasabanestascosas –que, como hemos visto antes, pueden ser los especímenes en los que mute luego el Jipi Postal– serían algunos de ellos. Pero nada, claro, comparado con los Odioalosjipis. El nombre ya lo dice todo, ¿verdad? No hay muchas especies humanas que tengan otra especie dedicada sólo a odiarla, lo que ya de por sí es un mérito, o al menos una característica, a destacar.

CONCLUSIÓN: Normalmente dejan vivir, así que lo suyo es dejarles vivir también a ellos. Hasta que mutan, claro. Entonces cuanto más lejos mejor.

LeandroAguirre@2012 (revisión 20/02/2014)

 

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