Sección publicada en El Blog entre el 2011 y el 2012
EL PESAO

NOMBRE COMÚN: Pesao.

NOMBRE CIENTÍFICO: Estamos casi convencidos de que nos lo hubiera acabado por dar, pero, el lector ha de entendernos, después de más de trece horas escuchándolo para nada al final optamos por irnos. Ahí lo dejamos, hablando solo.

CARACTERÍSTICAS: Qué decir del Pesao, ese elemento humano que, inasequible al desaliento, habla y habla y habla para, la mayoría de las veces, no decir nada, o al menos nada comestible. El Pesao, que no necesita demasiada definición más porque el nombre lo dice todo, se caracteriza por eso: por ser más pesao que llevarme a mí en brazos desde Cádiz hasta La Haya. Aunque no es ésa la única cualidad que atesora, porque el Pesao tiene la habilidad de, a pesar de no parar de hablar, no decir nada mínimamente coherente y/o interesante. Sus insufribles monólogos sobre temas que este espécimen considera apasionantes suelen generar en el resto de especies dolores de cabeza, mareos, cortes de digestión e incluso de menstruación. Lo peligroso de este elemento es que cuando le dices “Qué pesao eres” se lo toma como un cumplido y continúa con más ahínco si cabe. Un infierno de persona, sí.

TIPOS: Los Pesaos también se dividen en dos clases. Para variar. A saber: los Generalistas y los Monotemáticos. Los Generalistas son Pesaos que hablan por los codos sobre cualquier tema. Son pesaos como cualquiera, pero al menos existe la emoción y la incerteza de saber con qué te van a martirizar cuando te los encuentres. Los Monotemáticos, en cambio, no tienen justificación alguna: no sólo son pesaos como ellos solos, sino que además repiten hasta el suicidio la misma canción una y otra vez. Pesaos obsesivos, vamos. Los hay que sólo hablan de su trabajo, los que sólo hablan de fútbol, los que sólo hablan de sus hijos, los que sólo hablan de política, los que sólo hablan de física cuántica, los que sólo hablan de la apasionante vida del cangrejo ermitaño y mil cosas más. Pero el que se lleva la palma, el Premio Nobel de todos los Pesaos, es el que sólo habla de sí mismo. Si hubiera justicia en este mundo, ningún juez podría condenaros por clavarle –sin ensañamiento, por supuesto– 237 puñaladas a un tipo así.

HÁBITAT: El Pesao, básicamente, puede habitar en cualquier lugar del que no le hayan echado antes. Como es fácil de comprender, conforme pasan los años el Pesao va quedándose sin espacios en los que estar, hasta que un día, hasta las narices ya, el resto de muertos le echan del cementerio y, simplemente, el Pesao se volatiliza como si no hubiera existido nunca. Da mucho miedo, efectivamente.

ALIMENTACIÓN: Los Pesaos se alimentan, única y exclusivamente, de la paciencia del resto de los mortales. Cuando agotan las reservas pacienciles de sus semejantes, buscan otros incautos a los que poder extraer la energía, el buen humor y las ganas de vivir. Lo que mayormente se han llamado siempre parásitos. Pero, entre nosotros, entre tener piojos, garrapatas y ladillas o soportar a un Pesao, no lo dudéis y montad un aquapark o algo para que disfruten esos simpáticos bichillos, porque lo del Pesao no hay santo Job que lo aguante.

APAREAMIENTO: El apareamiento de los Pesaos se produce, como no podía ser de otra manera, por agotamiento del rival. Es decir: le pide tema a la otra persona tantas y tantas veces, que, o la mata de hastío y desesperación, o ésta acaba claudicando y dándole al Pesao lo que pide. Hay ciertos círculos científicos, médicos y filosóficos que piden, con toda la lógica, la esterilización colectiva de los Pesaos, pero una gran mayoría descartan la práctica por, dicen, inhumana y nazi. Una pandilla de nenazas, es lo que son. Y nenazas, añadimos, que jamás se han cruzado por la vida con un Pesao, porque de otra forma no hay manera de comprender su postura.

COMPATIBILIDADES: Los Pesaos sólo son compatibles con los Nosedecirqueno –que, en realidad, no es que sean compatibles sino que no saben cómo deshacerse de ellos– y los Existoháblame, especie que mataría a su madre con tal de que alguien les hiciera caso y les dirigiera la palabra. Y ya está. El resto de humanos irían a bañarse en aguas de Fukujima antes que soportar a un Pesao.

INCOMPATIBILIDADES: La incompatibilidad más evidente de los Pesaos es con los Nomeinteresas y los Meimportaunhuevoloquedigas. Cuando un Pesao se encuentra con un humano de estas dos clases, puede llegar a haber sangre. De hecho, se calcula que el 30% de la población reclusa son Nomeinteresas y Meimportaunhuevoloquedigas que, una vez, se cruzaron por la vida con un Pesao que no les dejó más alternativa que matarlo. Pesaos todos ellos, por cierto, a los que seguro a estas horas ya deben haber botado del cementerio, sin duda.

CONCLUSIÓN: Si de un Cuentachistes tienes que huir, de un Pesao ni te cuento. Que, como hemos visto en el apartado anterior, pueden arruinarte la vida si eres persona de poca paciencia.

LeandroAguirre@2011 (revisión 12/12/2013)

 

 

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