Sección publicada en El Blog entre el 2011 y el 2012
EL CONSPIRANOICO

NOMBRE COMÚN: Conspiranoico.

NOMBRE CIENTÍFICO: 'Swz<q%ñ)&##zws'. Sí, es complicadillo, pero es porque está en clave. Es que dicen los Conspiranoicos que si no lo codifican podrían localizarles. ¿Quiénes? No se sabe con certeza, pero el caso es que podrían hacerlo. Oye, si ellos se quedan más tranquilos, se pone así y ya está, que tampoco cuesta nada. Por una especie que nos da su nombre científico tampoco vamos a ir poniendo pegas.

CARACTERÍSTICAS: Esta especie humana puede conseguir ponerte muy nervioso. No son malas personas, no tienen mala fe y no son un peligro social, pero su obsesión constante por encontrar conspiraciones, tramas y contubernios puede llegar a atacar el sistema nervioso y el que no es nervioso. Siempre alerta como un perro de las praderas, el Conspiranoico sospecha de lo que pueda haber hecho el camarero con las patatas bravas que acaba de traer, interpretará cualquier risilla que se produzca entre un grupo de humanos con algo relacionado con su persona que deberá averiguar, y conseguirá convencerse de que cualquier accidente que sufra, por leve que sea, será obra de la CIA o el KGB. Un tipo de humano que encontrará siempre argumentos para corroborar su visión de las cosas, aunque éstos incluyan gobernantes extraterrestres, viajes en el tiempo o coleópteros parlantes. Les da todo igual: cualquier cosa para que sus historias cuadren. Entonces… ¿merecen que se les cuelgue por los pulgares? No: bastante tienen con tener que convivir con su cerebro hasta que se mueran, pobres. ¿Es aconsejable, pues, casarse con uno? Pues, que cada uno haga lo que quiera, pero en principio tampoco. Así que en este aspecto el Conspiranoico no debería preocupar en exceso, aparte de cuando su conspiranoia se vuelve obsesiva y monotemática o estás incluido en ella. Entonces sí: entonces es el momento de exiliarse. De exiliarse de planeta, nos referimos, porque de otra forma el Conspiranoico conseguiría, por supuesto, encontrarte.

TIPOS: Hay, qué esperabais, dos clases de Conspiranoicos: el Leve y el Paencerrar. El Leve es ese Conspiranoico que, no sé, cuando por ejemplo se compra unos Lacasitos, se angustia porque no sabe por qué manos han pasado antes de llegar a él, porque ignora de qué material está hecha la bolsa que los contiene y porque no se fía nada de la cara con la que le está mirando el reponedor del súper. Pero no deja que vaya más allá: finalmente se compra los Lacasitos y se los come, aunque, eso sí, con tremendas sospechas en su cabeza mientras se los zampa. El Conspiranoico Paencerrar, sin embargo, sería directamente incapaz de comerse unos Lacasitos: se acabaría organizando él mismo tal masturbación de materia gris que en la historia acabarían apareciendo el FBI, Microsoft, unas cucarachas infectadas con ántrax devoradoras de bombones de chocolate y Miley Cyrus, lo que, por supuesto, acabaría haciendo que no engullese los Lacasitos en cuestión. Pues eso, que el señor que separó a los Conspiranoicos entre unos y otros no les llamó a éstos Paencerrar por casualidad: están verdaderamente pa’ encerrar.

HÁBITAT: El hábitat natural del Conspiranoico, sobre todo del Paencerrar, es un juzgado. Son tantas las películas que se monta en la cabeza, son tantas sus preguntas inoportunas, son tantos sitios en los que se entromete sin que le hayan invitado, es tanta la gente a la que saca de sus casillas, que el resto de humanos, para no ir más allá, los acaban denunciando. ¿Sabéis esos señores que hablan solos que hay siempre en las celdas en las que encierran por injusticia o por error a los protagonistas de las pelis y series de televisión? Conspiranoicos de manual, efectivamente.

ALIMENTACIÓN: Suponemos que al avezado lector le costará imaginar de qué pueden alimentarse los Conspiranoicos teniendo como tienen ese problema con todo lo que les rodea, comida incluida. Pero que el avezado lector no se apure por ello, porque a la comunidad científica también le cuesta imaginar tal cosa. Es más: se ha llegado a tal punto de desconcierto que, en la actualidad, la hipótesis más aceptada y extendida es que el Conspiranoico, especialmente el Paencerrar, simplemente no come. Así, como suena. Se estudia ahora si puede ingerir nutrientes vía pulmonar o cutánea, lo que haría del Conspiranoico un humano totalmente diferente al resto, incluso podemos afirmar que más evolucionado. De confirmarse, aparte de ser un descubrimiento histórico, daría un miedo de narices, sobre todo pensando hacia dónde se dirigiría la humanidad en una futura Tierra colonizada por los Conspiranoicos. No habría guijarro en todo el planeta que se librara de sospecha.

APAREAMIENTO: Qué decir sobre el apareamiento de los Conspiranoicos… No es imposible, pero casi. Se puede imaginar: que si a saber qué bacterias tiene esta saliva, que si por qué esta ropa interior es china y en cambio los pantalones son americanos, que si seguro que en esta habitación hay minicámaras escondidas detrás de los cuadros, que si algo está tramando porque es rarísimo que quiera tener sexo conmigo… Y así todo el rato, por lo que es difícil que el otro humano, excepto si es un Quemisteriososoy, soporte este comportamiento durante mucho rato. De todos modos, los Conspiranoicos siguen apareciendo, aunque no sea en elevadas cantidades, en otro de los misterios de este espécimen asombroso. En este caso se especula con la invasión de cuerpos, pero ahí sí que la comunidad científica es inflexible: esta teoría es absurda porque, como todo el mundo sabe, los únicos que pueden invadir cuerpos ajenos son la comunidad científica.

COMPATIBILIDADES: Al contrario de lo que pasa con otros tipos, el humano más compatible con el Conspiranoico es otro Conspiranoico. Es la felicidad completa: la picha hecha un lío elevada a su máximo exponente; la madre de todas las pajas mentales. Está comprobado que la conspiranoia resultante del encuentro de dos Conspiranoicos produce la misma energía que una tormenta solar. Hey, que no lo decimos nosotros, que lo dice la NASA en un estudio reciente. Que se sepa.

INCOMPATIBILIDADES: Bien, depende de lo que entendamos por incompatibilidad. Por lo general la incompatibilidad del Conspiranoico es más o menos igual con el resto de especies. Depende, básicamente, del grado de conspiranoia que tenga el Conspiranoico. Eso sí, por lo que más queráis: no juntéis nunca, y en este caso es un nunca jamás rotundo, a un Conspiranoico con un Sinoloveonolocreo. Es el fin de los mundos, en serio. Y si eso sucediese por error, huye al refugio más cercano y espera hasta que haya pasado el invierno nuclear. Dios no lo quiera.

CONCLUSIÓN: Al Conspiranoico, con no escucharle, asunto solucionado. Cualquier otra cosa, como seguirles la corriente o tomárselo en serio, sería complicarse la vida por complicársela y es tontería no habiendo necesidad, ¿verdad? Pues eso.

LeandroAguirre@2012 (revisión 16/01/2014)

 

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