Sección publicada en El Blog entre el 2011 y el 2012
EL TUQUEMIRAS

NOMBRE COMÚN: Tuquemiras.

NOMBRE CIENTÍFICO: Sabemos el nombre científico del Tuquemiras, y evidentemente lo íbamos a poner, pero los Tuquemiras se lo han tomado fatal y al final lo hemos obviado. No es cuestión de que nos partan la cara por una tontería así, entendednos. Nuestro amor por la ciencia es muy grande pero tiene sus límites.

CARACTERÍSTICAS: Al Tuquemiras el nombre se lo puso un niño. Bueno: concretamente, los padres de un niño. ¿Sabéis cuando se le enseña a un crío que un perro se llama ‘guau’ o un gato ‘miau’ porque ése es el sonido que producen, para al poco tiempo tener que enseñarle los nombres correctos? Pues al Tuquemiras se le llama Tuquemiras porque ese ‘tú qué miras’ es el sonido que produce cuando se comete la osadía de cruzar la vista con su vista.
Especie humana altamente susceptible, paranoica y egocéntrica, cuando se le mira aunque sea por casualidad piensa que se le está mirando mal, cuando no alcanza a escuchar de lo que hablan dos personas da por sentado que la conversación gira en torno a su persona y que, por supuesto, el contenido es crítico para con ella, y cuando, ya en un acto que le vuelve absolutamente loca, hay gente a su alrededor que estalla en risa por lo que sea, pensará que la broma es sobre ella y tendrá ganas de liquidar a la humanidad entera por estar mofándose. El prototipo tuquemirasil es bastante claro y acentuado y el patrón se repite a través de los siglos. Sin ir más lejos, el salvaje oeste estaba, por algún motivo que a historiadores y científicos se les escapa, lleno de Tuquemiras, que por algo se le llamaba salvaje. Billy the Kid, por ejemplo, no era un bandido o un asesino como nos han querido hacer creer: era un Tuquemiras de manual.
Como Tuquemiras eran muchos asesinos en serie que, erróneamente, han sido catalogados como psicópatas por la psiquiatría. Otro Tuquemiras muy conocido fue Franco, que empezó a lo tonto cargándose gente en África porque, textualmente, “no me gusta cómo me miran”, y acabó cómo acabó, mejor no recordarlo demasiado. Y cómo olvidarse de Nerón, quizás el Tuquemiras más extremo y gore de la historia, que, emparanoiado como estaba con que los habitantes de Roma le miraban mal –que en este caso era cierto porque el tipo no le caía bien ni a su familia–, acabó quemando la ciudad y santas pascuas. Efectivamente: el Tuquemiras es de los especímenes humanos más peligrosos y hay que irse con mucho ojito con ellos. Científicamente hablando, claro.

TIPOS: Volvemos a los clásicos: hay dos tipos de Tuquemiras, el Cohibido y el Broncas. Que nadie se equivoque: el Cohibido se diferencia del Broncas en que, la mayoría de veces, no da rienda suelta a sus instintos, pero eso no significa que no posea esos instintos. El Tuquemiras Broncas es capaz de cruzarte la cara porque su mirada y la tuya se han cruzado inocentemente durante milésimas de segundo, puede asesinarte porque ha sucedido lo mismo pero en este caso con la mirada de la pareja del Tuquemiras, hecho que le saca de sus casillas, o puede provocar una matanza en grupo si llega a considerar que el grupo en cuestión se ríe de su ser. El Tuquemiras Cohibido no suele llegar a esos extremos aunque, en el fondo, le gustaría. Pero ¡mucho cuidado!: se conocen casos, pocos pero se conocen, en los que un Tuquemiras Cohibido muta a Broncas. Y, en esas ocasiones, mejor andar lejos. Como un volcán que lleva siglos contenido expulsa su magma con mucha más fuerza y violencia, así explota el Cohibido cuando se transforma en Broncas. Verdaderamente peligroso. El caso más claro de Tuquemiras mutante no está muy lejano en el tiempo: después de años en un hábitat extraño reconcomiéndose por dentro pensando que los aborígenes malmetían contra él, un día un Cohibido mutó a Broncas y decidió que debía cargárselos a todos. Bin Laden, se llamaba. O se llama. Que en Fauna Humana no nos creemos nada.

HÁBITAT: Al Tuquemiras se le puede encontrar prácticamente en cualquier sitio, aunque hay lugares específicos en los que no puede estar a riesgo de sufrir un colapso, y ya hemos visto que no es aconsejable que tal cosa suceda. El Tuquemiras, por ejemplo, le tiene una alergia tremenda a los escenarios y lo último a lo que podría dedicarse es a actor o actriz de teatro. Se conocen Tuquemiras que lo han intentado, pero la cosa ha acabado en agresión al público la mayoría de veces. Tampoco puede el Tuquemiras participar en terapias de grupo, bodas y celebraciones en general, ni trabajar de cara al público, a riesgo, como vamos viendo, de catástrofe.

ALIMENTACIÓN: Paranoia, paranoia y más paranoia: de eso se nutre el Tuquemiras. Con toda esa paranoia, más unos cuantos hidratos de carbono y cuatro proteínas, el Tuquemiras sobrevive perfectamente. Pirado, peligroso y a evitar, sí, pero frugal como pocos, las cosas como son.

APAREAMIENTO: Si la potencial pareja del Tuquemiras consigue mirar al Tuquemiras sin que éste se lo tome a mal, el apareamiento de esta especie no tiene por qué comportar mayores problemas. Pero, claro, superar la fase del mirar con un espécimen que se llama precisamente Tuquemiras, no es cosa fácil. Se recomienda que si, por cualquier patología o lo que sea, alguien siente la necesidad de aparearse con un Tuquemiras, se utilice el atávico método de las notitas escritas evitando el contacto visual. Porque puede uno estar en un momento dado echando miraditas provocativas y eróticas a un Tuquemiras y encontrase no sabiendo cómo en la cama de un hospital con la cara hecha un mapa. Así que avisado está todo el mundo: notitas.

COMPATIBILIDADES: Es completamente imposible encontrar un grupo humano compatible con el Tuquemiras, porque, básicamente, eso es algo que el Tuquemiras pone muy difícil. En principio podría tolerar a los Melasudas, a los Yoteignorotumeignoras o a los Nosenocontesto, pero cuando alguien no tolera ni que le miren es muy muy difícil que relación humana alguna llegue a buen puerto.

INCOMPATIBILIDADES: El Tuquemiras es altamente incompatible, aparte de con la humanidad en general, con los Queinteresantemepareces, los Dameconversación y los miopes (esto no es una especie humana, son humanos con problemas de visión que tienen que fijarse mucho, lo que desquicia sobremanera a los Tuquemiras). Evidentemente, el Tuquemiras es también absolutamente incompatible con los demás Tuquemiras. Ya hemos explicado antes el ejemplo del oeste americano, así que no creemos que haga falta extenderse mucho más.

CONCLUSIÓN: Que nadie se lo piense: con el Tuquemiras, relación cero. No hay atenuantes, no hay peros, no hay nada. Si están pirados que se lo hagan mirar, pero los demás no tenemos por qué pagarlo, y menos con nuestra integridad física.

LeandroAguirre@2012 (revisión 06/02/2014)

 

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