DOS HOSTIAS BIEN DADAS... 28/10/2016

El anuncio de hoy es éste:

 

Dejadme que respire, porque tengo que contenerme (Ommmmmm...). Vale, ya está.
Señores de Opel:
Yo imagino cuál es el mensaje que pretendían lanzar con este anuncio, pero es que tiene un pequeño pero: que no se recuerda niño más abofeteable en la historia de la publicidad. Que sea asquerosamente repelente como es se le podría perdonar, porque incluso es probable que ésa fuera la intención —felicidades si es el caso—, pero para mi gusto se han pasado un pelín de frenada y lo que han conseguido es un chaval repelentemente maleducado y repugnantemente mal educado.
A mí mis papás me enseñaron de pequeñito, de bastante más pequeñito que el del anuncio, que no se le pregunta a la gente lo que gana, pero se ve que a este niñato no. Si mi hijo, de ya una cierta edad, le pregunta a un vecino qué es lo que se puede o no se puede permitir —o lo que gana o deja de ganar, que viene a ser lo mismo—, entra en casa volando por una ventana y no vuelve a salir hasta que le toque hacer la mili. ¿Que ya no hay mili, decís? Pues hasta que encuentre el primer trabajo entonces.
Ya sé que no es muy políticamente correcto decirlo, pero, en según qué casos, dos hostias bien dadas... No, ahora ya no hablo del niño, hablo de según qué creativos.

LeandroAguirre©2016

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