Resulta que estaban un par de chavales de 23 y 25 años trabajando en una tienda de bicicletas de Suffolk, RU, cuando, de repente, apareció por allí un ratón.
Fue entonces cuando Ashley y Dysney, que así se llaman este par de genios, decidieron que debían acabar con el roedor. ¿Llamaron pues a una empresa especializada?; ¿intentaron agarrarlo con las manos?; ¿buscaron una red o algo con la que poder atraparlo? Pues no: decidieron quemarlo.
Y no solo decidieron quemarlo, sino que además decidieron hacerlo utilizando combustible. Se ha de ser cafre, sí.
¿Resultado de tan brillante acción? Os lo podéis imaginar: tres locales arrasados por el fuego, doce dotaciones de bomberos para extinguir el incendio, casi 2.000.000 € de pérdidas y en espera de juicio para ver qué y cuánto les cae por su tontoculez supina. Y el Tonto’lculo de la Semana, por supuesto.
Eso sí, no hubo que lamentar pérdidas ni daños personales, ni siquiera en lo que se refiere a Ashley y Dysney, algo de lo que nos congratulamos, de verdad. Y es que ser tonto’lculo e inconsciente no te hace merecedor de la muerte, está claro, aunque en algunos casos, como es este, casi.