Creemos recordar —porque no pensamos perder un solo segundo de nuestras vidas en comprobarlo— que uno de los primeros Tonto’lculos que entregamos fue en un caso muy parecido, por no decir idéntico, al de hoy. La cosa, en el caso de esta semana, fue así:
Una mujer entró a robar en una casa en Anderson, California, EUA, y, una vez dentro, se debió decir a sí misma algo similar a: “Joer, qué guarra y qué cansada estoy”. ¿Y qué hace alguien cuando se siente sucio y cansado? Efectivamente: se da una ducha y se mete a dormir en la cama.
Y eso fue, ni más ni menos, lo que hizo nuestra galardonada de hoy. Lo que pasa es que, claro, llegó el dueño de la casa y se la encontró ahí durmiendo como una ceporra en pelota picada.
Os preguntaréis qué pasó después. O no, que nos da igual porque nosotros lo vamos a explicar igual. Pues el hombre, todo templanza, despertó a nuestra campeona, que, con más templanza todavía, se vistió y salió tranquilamente de la vivienda, no sin antes agenciarse una cajetilla de tabaco que se encontró por el camino.
Fue entonces cuando el hombre llamó a la policía, se puso a seguirla en la distancia y la mujer fue detenida y tal y cual y bla bla bla.
Sí, se ha de ser tonto’lculo para entrar a robar en una casa y quedarse dormido, pero no nos quedemos solo con lo malo: también se han de tener nervios de acero y una templanza que ni Chuck Norris para entrar a robar en una casa y quedarse dormido.
Igualmente, y aun reconociendo sus indudables méritos, se lleva el Tonto’lculo. Agarra lo que has robado y vete a un motel o algo, hombre —perdón, mujer—. Ganas de complicarse la vida, de verdad.