Teníamos esta semana dos finalistas con cagadas clamorosas. El primero es Andrés Ceballos, vocalista del grupo Dvicio, encargado de entregar el Grammy Latino al mejor álbum, que recayó en el recientemente fallecido Juan Gabriel. Todo fue bien hasta, que tras anunciar el fallo, el bueno de Andrés empieza a preguntar: “¿Dónde está?”. Y, claro, al comprobar que, como es lógico, el cantante mexicano no subía a recoger el galardón, Ceballos le comunicó al público que “No está en la sala para recoger el premio; la Academia se encargará de hacérselo llegar”, dejando estupefactos a todos los presentes, y hasta a los que no estaban presentes.
El segundo finalista es la empresa de ordenadores Dell, curiosamente en su filial mexicana. Resulta que anunciaron en su página web un nuevo portátil (una nueva laptop, en el original) hecho expresamente para jugadores y presentado con el lema “Diseñada para causar estragos”.
Muy apropiado, pues eso fue precisamente lo que provocó: estragos. Más concretamente, estragos para la propia Dell, ya que anunciaban el trasto por 679 pesos mexicanos. A los que no somos mexicanos quizás esa cifra no nos diga nada, pero si la traducimos la cosa empieza a tomar significado. 679 pesos son... algo más de 31 €. Resumiendo: Dell había puesto en el anuncio el precio de los gastos de envío, no el del ordenador, que valía entre 40.000 y 50.000 pesos, es decir entre 1.800 y 2.300 €, euro arriba euro abajo.
Dell pidió perdón y tal y cual, pero la cosa no será tan sencilla porque la Procuraduría Federal del Consumidor de México le ha dicho a la compañía que sí, que lo de las disculpas está muy bien y es muy loable y lo que quieran, pero que los ordenadores vendidos mientras estuvo en vigencia la oferta tienen que ser entregados a ese precio.
¿A quién le damos el Tonto’lculo de la Semana pues? A Dell, obviamente. Porque una cosa es un tipo que, en directo y con los nervios, la caga, y otra es que, con toda la gente que hay involucrada en una compañía como Dell, ni una sola persona se dé cuenta de la monumental cagada que estaban cometiendo.
Felicidades, por cierto, a todos los que adquirieron un bicho de 2.000 euros por sólo 30. Va como va: unos ganan la lotería, otros el Tonto’lculo.
