Como ya hemos visto unas cuantas veces en estos años de Tonto’lculos, muchas veces la línea que divide el éxito del fracaso es tan fina que ni es línea. Dicho de otro modo, la diferencia entre ser un triunfador o llevarte el Tonto’lculo de la Semana depende de, básicamente, si te pillan o no te pillan. Por ejemplo: conocemos a todos los que han intentado estafar a aseguradoras con métodos inverosímiles y han sido cazados en el intento, pero de los que lo consiguieron no tenemos noticias y por ahí están gastándose el dinero tan ricamente.
Es el caso de hoy, en el que una jefa de Estudios de un colegio de Gran Canaria ha sido detenida por cambiar las notas de un alumno que, curiosamente, era el hijo de un señor con el que tenía una relación sentimental. Y, claro, hace veinte o treinta años no se hubiera enterado ni el Tato porque las cosas se hacían a mano y no quedaba constancia, pero ahora el sistema informático te indica quién ha tocado qué, en qué momento y durante cuánto tiempo, con lo que hacer algo como eso y pretender que nadie se entere es una tontoculez en sí misma. El sistema de momento no lee la mente y no te dice por qué, pero todo llegará.
Para alguno esto será sólo un acto irreflexivo de amor, pero para otros, como para la misma directora del centro, es motivo de denuncia por daños informáticos y falsificación en documentación pública, y para otros, como para este jurado, es una tontoculez con la que te juegas tu trabajo y tu futuro.
Vosotros decidís, nadie os va a decir qué pensar al respecto. Pero a nosotros tampoco, por supuesto, y la mujer se lleva el Tonto’lculo de hoy. Es lo que hay.