And the Tonto'lculo goes to...

 

Ta-chaaan

 

 

 

01/10/2016

Dicen que la primavera la sangre altera, pero, después de esta semana, en este jurado comenzamos a pensar que es el otoño el que realmente altera la sangre. Bueno, la sangre, el raciocinio y el sentido común.
Por ejemplo, tenemos a dos ladrones, un ladrón y una ladrona, que fueron descubiertos por los dueños de la casa en la que estaban robando practicando sexo en la cama matrimonial. No tenían prisa, se ve. El hombre de la casa agarró lo primero que encontró, que fue una escoba, y, literalmente a escobazos, sacó de su hogar a los intrusos, que, a pesar de su tontoculez, aún no han podido ser localizados.
Y qué decir de ese chaval ruso de 16 años de nombre Alexander que, para impresionar a una chica que le hacía tilín, se puso a escalar un edificio de 70 metros de altura y... sí, lo habéis adivinado, cuando iba por el octavo piso se cayó y se pegó un guarrazo de los que marcan una época. Y hasta dos. Afortunadamente para Alexander, cayó sobre un coche y, aunque no se pueda decir que saliera ileso, salió vivo, lo que ya es mucho para tontoculez cometida.
Entonces, os preguntaréis, ¿qué tuvo que hacer nuestro campeón de hoy para superar estas dos tontoculeces? Os lo explicamos encantados. Resulta que a otro chaval de 18 años, esta vez chino, no se le ocurrió otra cosa que meter su pene en un anillo de compromiso que, suponemos, iba a utilizar para pedirle en matrimonio a su novia. Una cosa romantiquísima donde las haya que hubiera emocionado al mismísimo Gustavo Adolfo Bécquer, efectivamente. Como podéis imaginar, el tipo luego no pudo sacarse el anillo.
Tras dos días sin acudir al hospital por pura vergüenza, al final nuestro amigo tuvo que ir a un centro sanitario porque aquello comenzó a hincharse cosa mala y a adquirir una tonalidad nada saludable. Allí lograron, entre médicos y bomberos, liberar el miembro y nuestro ocurrente protagonista pudo irse a casa aunque, eso sí, con la humillación añadida de que todo fue grabado en vídeo. Este, concretamente:

 

Por cierto... No hay noticias de la novia. Y es que, claro, o ella tiene un dedo anular descomunal con gigantismo que necesita de un anillo de dimensiones extraordinarias, o él tiene un pene del tamaño, más o menos, de un dedo anular estándar de una chica china. Si a eso le añadimos que la pobre acaba de descubrir que su novio es un tipo lo suficientemente retorcido como para pedirle la mano metiendo su pene en un anillo, no sería de extrañar que la chica dijera que iba a por tabaco y que no se haya vuelto a saber. No seremos nosotros quienes la culpemos por ello, la verdad.
Aaay... Qué bonito es el amor, ¿verdad?

LeandroAguirre©2016

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