Hay personas a las que sus mamás les dijeron de pequeñitas que tenían mucha gracia y se lo creyeron, pero que en realidad no tienen puta gracia. O tienen la gracia en el culo, como prefiráis.
Es el caso de nuestro Tonto’lculo de hoy, Benjamin Chope, que, gracioso de nacimiento como es, quiso gastarle una broma a su jefe en el Día de los Inocentes británico —y de muchos otros lugares—, el April Fools’ Day (sí, los hechos sucedieron en abril, concretamente el día 1, pero como la sentencia ha salido ahora, lo colocamos como actual y santas pascuas. El jurado del Tonto’lculo de la Semana es muy flexible en el tema fechas, efectivamente).
¿Y qué se le ocurrió al bueno y gracioso de Benjamin? Pues regalarle a su pobre jefe, llamado Daniel Webber, una bandeja con ocho pastelitos en los que había disuelto... 30 pastillas de viagra. Un tipo graciosísimo, como veis.
La cosa acabó con Webber en el hospital y con Chope despedido y condenado a ochenta horas de trabajo sin paga y a un año de trabajo social, suponemos que igualmente no remunerado.
Y eso: graciosisísimo a más no poder, el tal Chope. Que como a los demás nos dé por ser igual de graciositos con su apellido, nos quedamos solos. Porque, vamos, apellidarse Chope pudiendo uno apellidarse Patanegra, Salaminapolitano o Chorizoibérico, también es triste.