Lo que de verdad nos pedía el cuerpo era darle el galardón de esta semana al community manager del Ejército de Tierra español por el siguiente twit de apoyo al tenista Rafa Nadal:

Pero hemos llegado a la conclusión de que al tipo se le pueden aplicar muchos calificativos pero no el de tonto’lculo, aunque nos abstendremos de hacer la lista porque la mayoría de ellos serían constitutivos de delito. En fin... Alguien que considera que la guerra, ese escenario donde se mata y se muere, se bombardean ciudades o la gente pasa hambre y penurias, no es triste y que lo más importante en esta vida, y más allá de ella, es un jodido trapo de colores, creemos que básicamente tiene un grave problema mental que resolver y no llega ni a la categoría de tonto’lculo. A partir de ahí es asunto de su familia.
Así que el premio de hoy, y siguiendo con el movimiento olímpico, va a parar a los cuatro nadadores de EUA (Ryan Lochte, James Feigen, Gunnar Bentz y Jack Conger) que simularon haber sufrido un atraco en Río y han sido pillados con el carrito del helao y al final han tenido que reconocer que no hubo atraco ni nada que se le pareciera, que solo se habían ido de fiesta por ahí.
Pero no les damos el Tonto’lculo solamente porque les hayan cogido en un renuncio, se lo damos también porque por qué. Es decir: ¿a qué viene la mentira?; ¿alguien les había preguntado o algo?; ¿alguien les había llamado la atención?; ¿alguien les había acusado de algo?; ¿fabricaban una coartada para sus parejas, que no sabían nada pero que ahora ya sí lo saben?; ¿por qué montar ese pollo cuando si te hubieras estado calladito nadie se hubiera enterado de nada?; ¿por qué todo?
Tch... Admirables atletas, sin duda, aunque no tan admirables intelectos. O al menos eso parece así a bote pronto, que igual luego nos enteramos de que tres de ellos leen habitualmente a Schopenhauer y Nietzsche y nos tenemos que tragar nuestras palabras.