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Policía de Huadu

 

 

 

23/04/2016

Se ve que a las autoridades chinas eso de que McDonald’s ponga un payaso en las entradas de sus establecimientos no les hace especial gracia. ¿Por qué? Lo ignoramos pero es así. Quizás es que los payasos eran el terror nocturno de Mao cuando era pequeñito o algo así, no sabemos.
Y, una vez McDonald’s no hace caso de las neuras de los que mandan en China y pone figuras de Ronald McDonald en el exterior de sus locales, hay varias posibilidades: se puede sancionar administrativa y económicamente al establecimiento en cuestión, se puede requisar al payaso o incluso, a malas, se puede cerrar el chiringuito.
Pero lo que no se puede hacer, porque es una tontoculez, es la opción elegida por la policía de Huadu: detener a una estatua de un payaso. Y con detener nos referimos a detener: que fueron para allá seis policías —¡seis!—, se lo llevaron —no lo esposaron porque a ver quién esposa a alguien que, como veis en la imagen, tiene una mano en Tegucigalpa y la otra en Madagascar— y lo metieron en un calabozo sin, que se sepa, resistencia alguna por parte del detenido.
Se desconoce en estos momentos si el payaso ha sido llamado a declarar delante de un juez, pero por aquí han pasado casos de niños de tres años acusados y juzgados por asesinato, por lo que nos podemos esperar cualquier cosa. Incluso que metan al pobre Roland McDonald en la cárcel, que es algo que no deseamos porque un payaso en una prisión, aunque sea una estatua, tiene todos los números de no pasarlo demasiado bien. En una prisión china, además, que por lo que parece son una gente que le tiene una especial manía a los payasos. Que, siendo sinceros, en este jurado tampoco nos gustan a rabiar, pero tampoco queremos exterminarlos ni nada. Que cada uno aterrorice a los demás como quiera, faltaría más.

LeandroAguirre©2016

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