“¡Por Dios bendito, ¿qué le pasa a esa señora en la cabeza?!”, os habréis preguntado anonadados cuando habéis visto la foto de esa mujer con el pelo a lo punki extremo al abrir la página. Es una reacción humana normal. Porque seguro que eso mismo se preguntaron en el hospital del este de Europa al que acudió, del que se desconoce ahora mismo incluso la nacionalidad, cuando entró por la puerta de Urgencias.
Pues bien: lo que la señora se había echado en la cabeza era ni más ni menos que poliuretano, un producto que se usa básicamente en la construcción y que tiene la característica de que cuando lo echas es líquido, pero al poco tiempo se vuelve duro como el hormigón. Y, bueno, la señora pensó que aquel bote, que vete a saber de dónde había salido, era laca para el cabello y, eso, que así se le quedó la cabeza.
Hemos visto la foto del bote del producto en internet y, en disculpa de nuestra protagonista, hay que decir que está en inglés. También es cierto que sale la foto de una tubería cuyo exterior están rellenando con poliuretano, pero bueno. Pero es que esta señora no se va a llevar el Tonto’lculo de la Semana exactamente por haber confundido un bote de poliuretano con uno de laca. No. Se va a llevar el Tonto’lculo por, después de haber confundido el bote de poliuretano con uno de laca, haber seguido echando producto cuando ya era evidente que aquello no era, de ninguna de las maneras, laca. Pero... ¿que no veía que era amarillo?; ¿que no veía que se solidificaba?; ¿que no veía que se hinchaba cosa mala? Si es que...
Es de esos casos que nos sabe mal, en serio. Aparte de que ha tenido mala suerte de que la semana haya sido flojita en cuanto a tonto’lculos se refiere, porque en otras ocasiones este caso no hubiera llegado ni a la final. Pero, lamentándolo mucho, debemos entregarle el galardón. Se siente. Y esta vez lo decimos sinceramente. O con relativa sinceridad, que la mujer solo se ha quedado temporalmente calva y no se ha muerto ni nada, tampoco dramaticemos.