¿Habéis visto ahí arriba qué merendero más chulo le han puesto a la gente de Cea, Orense, ahí en ese bosquecillo? Está muy bien: puede uno descansar, admirar el paisaje cómodamente sentado, hacer un picnic, tener un momento romántico... Muy bien pensado, sí señor.
Bueno, muy bien pensado si no fuera porque lo que había antes era esto:

¿Qué es ello? —os preguntaréis, seguro, angustiados—. Bien, pues ello es un dolmen —técnicamente, se ve, una mámoa— de unos 6.000 años de antigüedad. Es decir, es como si el ayuntamiento de Stonhenge decide un día cambiar los dólmenes del yacimiento de Ídem y montar un mega merendero para bodas y banquetes. A pequeña escala, pero viene a ser lo mismo.
Podemos imaginarnos la escena:
“—¡Manolo, ¿qué hacemos con este banco viejo de mierda?; ¿lo arreglamos o ponemos uno nuevo?!
—¡Pon uno nuevo, que esas piedras están asquerosas y no sirven para nada!”
Evidentemente, los pobres operarios, como vosotros o nosotros, no tienen ninguna obligación de saber que eso era un monumento funerario neolítico. Pero, yo qué sé, si el susodicho ayuntamiento hubiera tenido un cartelito o algo informando de que aquello no era un banco hecho mierda sino un yacimiento arqueológico, tal cosa, queremos creer, no hubiese pasado.
Y si hubiese pasado entonces ya sí sería culpa de los autores materiales del hecho, pero como no es así, Tonto’lculo de la Semana para el Ayuntamiento de San Cristovo de Cea como último y máximo responsable. Nosotros les proponemos que echen abajo todas las parroquias del municipio y construyan túneles de lavado, MacDonalds, gasolineras, spás y esas cosas. Oye, ya puestos a cargarse el propio patrimonio, que se lo carguen bien y consigan algo de beneficio, ¿no?