Resulta que en Rajura, India, hay un señor que tiene un loro. Y resulta que el susodicho señor tiene como hobbie enseñar al susodicho loro a insultar. ¿Éticamente reprobable? Quizás, pero creemos que no a lugar lo que viene después.
Y es que, uno de esos días que el loro tomaba el sol en una ventana, le dio por insultar a una señora que pasaba por allí. Muy grave tuvo que ser el insulto para que la ofendida se dirigiera directamente al cuartelillo de la policía y denunciara los hechos, y eso fue lo que sucedió: fue la señora y denunció... al loro. No al dueño del loro, no: al loro. Se ve que en la India, aparte de tener vacas sagradas, los animales en general son personas jurídicas penalmente responsables.
La cosa no hubiera pasado de aquí si la policía le hubiera dicho a la señora lo normal: que eso de denunciar a un loro era una soberana tontoculez. Pero no. La policía no solo no le dijo tal cosa, sino que tramitó la denuncia y la trasladó al juzgado.
Y tampoco estaríamos hablando de esto si el juez, al recibir la denuncia, le hubiera dicho a la policía que ya tenía el suficiente trabajo como para perder el tiempo lastimosamente con tontoculeces varias, pero eso tampoco sucedió y el juez en cuestión admitió a trámite la denuncia. Y no solo eso: llamó a declarar al loro. Con un par, sí señor. Con lo que nos encontramos con la delirante escena de un juez haciéndole preguntas en un juzgado a un loro, que, como no podía ser de otra forma, da la callada por respuesta. Todo ello ante la, suponemos, atónita mirada del dueño del loro, al que nadie había ni nombrado hasta el momento.
¿Cómo finalizó todo? Pues en realidad no ha finalizado. Porque de momento el pobre loro —cuyo único delito fue repetir como, claro, un loro lo que su amo le enseñaba— ha sido desahuciado de su celda y se halla bajo custodia policial en espera de sentencia definitiva. La risa de verdad va a ser cuando lo envíen a la cárcel o le hagan pagar una multa, ya verás.
Y la pregunta del millón es: ¿a quién coño le entregamos el Tonto’lculo de la Semana hoy? Porque lo de la señora de denunciar a un loro tiene tela, pero para  lo de la policía tramitando la denuncia y lo del juez haciendo declarar y desahuciando a un animal no hay palabras.
Así que Tonto’lculo conjunto para todos ellos, porque escoger solo a uno sería como elegir entre papá y mamá. Pobre loro, en serio.