Nosotros empezaríamos a poner los selfies entre las actividades de riesgo como el puenting, el balconing o el ensaladillarusaenchiringuiting, en serio.  Es que ya ha muerto gente, hombre. Claro que los que han muerto ha sido por hacerse selfies tales como en precipicios, junto a tigres hambrientos o en un mar de ácido sulfúrico, pero la cuestión es que ha muerto gente.
Nuestra tonto’lcula de hoy no murió, ya os lo avanzamos. De milagro, cierto, pero no murió. Y es que a una chiquilla rusa de 21 años no se le ocurrió mejor idea que hacerse un selfie apuntándose con una pistola en la cabeza. ¿Y qué pasa si no eres la persona con más coordinación del mundo y tienes dos botones para apretar en tus manos y solo tienes que accionar uno? Pues que, claro, puedes equivocarte de disparador y utilizar el que no debes, que es exactamente lo que le sucedió a esta chica a la que vamos a llamar Natasha. Que, en vez de hacerse la foto, se descerrajó un tiro en la sien, vamos.
Pero que nadie se asuste porque Natasha está viva y coleando, ya que las balas que había en el interior de la pistola eran de goma —de goma blanda, porque solo que hubieran sido de goma dura Natasha ya no estaría entre nosotros— y solo le produjeron una herida superficial, aunque, eso sí, tuvo que pasar por el hospital.
No sé... Si al menos se hubiera equivocado apretando los dos gatillos a la vez, seguramente ahora estaríamos hablando de uno de los mejores selfies de la historia, pero, tal como fue el asunto, solo podemos hablar de una solemne tontoculez. Se siente, Natasha.