Son tantos los casos similares, que en este jurado nos hemos quedado ya sin palabras. No, en serio: siempre puede haber alguien a quien se le pare la cabeza y haga lo que el más elemental sentido común indica que no se debe hacer jamás, pero... ¿tantos? ¿Qué coño le pasa al gremio de los malos?; ¿por qué tantas tontoculeces?
Nuestros malos, a la par que tonto’lculos, de hoy son, eran, narcotraficantes. Unos camellos, vamos. Cinco, por ser más concretos. Y por ser más concretos aún, hablamos de cinco camellos de Londres, un pueblo grande que, se ve, hay por ahí en el norte. Resulta que uno de los susodichos fue detenido y, a consecuencia de ello, cayó toda la banda. ¿Cantó el chaval bajo la presión de los temibles bobbies? Pues no, porque sino le estaríamos entregando el Chivato de la Semana, y no el Tonto’lculo. Pero es que además, y de ahí nuestro galardón de hoy, no hizo falta, porque el detenido llevaba en el teléfono fotos que se habían hecho todos los de la banda con el material que manejaban y las montañas de billetes que ganaban. Hay que decir en honor a la verdad que, en este caso, al menos no subieron las fotos en el Facebook o en Instagram, lo que les deja en clara desventaja contra otros que sí lo hicieron de cara a la próxima elección del Tonto’lculo del Año. Pero aun así creemos que, si eres un malo malote, no es estrictamente necesario facilitarle las pruebas al juez para que te meta en la cárcel.
Eso sí: estos tienen el agravante de que eran cinco. Nos referimos a que si esto le pasa a uno o dos tipos, tiene un cierto pase. Mínimo, pero un cierto pase. Pero que entre cinco personas no haya uno solo que considere que hacerse esas fotos era una tontoculez dice muy poco del nivel de la banda. Así ha durado la banda lo que ha durado, claro. Y es que ya no hay profesionales, hombre.