Pues como decíamos hace siete días, hay veces que no se llevan el premio pero difícilmente pasa una semana sin que nos lleguen candidaturas de policías y/o ladrones. Y, sí, en esta ocasión también se llevan el galardón. ¿Es policía?; ¿es ladrón? Qué emoción y qué intriga, ¿verdad?
Es policía, no queremos hacer sufrir a nadie innecesariamente. Concretamente un policía coreano. Resulta que en una de las comisarías de Seúl recibieron una llamada alertando de la presencia de un cuerpo femenino en un lugar de la periferia. La policía coreana, todo profesionalidad, envió para allá a una patrulla que, todo profesionalidad también, se personó allí a los pocos minutos. Y, efectivamente, allí había un cuerpo femenino vestido con medias y atado con cintas azules. Uno de los policías, nuestro protagonista, se acercó hasta el supuesto cadáver y, tras inspeccionarlo táctilmente —algo que no es tan profesional, porque se supone que no se debe tocar un cuerpo hasta que lleguen los especialistas— tomó una decisión. ¿Llamó al juzgado?; ¿llamó al CSI coreano?; ¿llamó a su señora para explicarle lo que le acababa de pasar?; ¿llamó a su madre para decirle que ese día no iría a visitarla? Pues no: llamó para pedir refuerzos.
Y los refuerzos llegaron, en concreto en un número de unos 50, con sus respectivos coches, sus respectivas sirenas y sus respectivos alborotos. Fue entonces cuando alguno de ellos, con más vida se ve que nuestro premiado, se dio cuenta de que lo que había inerte en el suelo no era una mujer sino una muñeca hinchable. Una muñeca hinchable muy bien hecha, cierto, pero muñeca hinchable al fin y al cabo. A lo Wilt, efectivamente.
El policía que llegó primero, nuestro premiado, ha declarado que la textura de la piel era tan similar que se confundió. Pero no le vamos a dar el Tonto’lculo de la Semana a este hombre por no haberse dado cuenta de que la tipa era de plástico y no de carne y huesos. En todo caso le podríamos otorgar el Despistado de la Semana, el Necesitasecharunpolvo de la Semana, el Nimeacuerdodeloqueesunamujer de la Semana o algo así, pero esos no son nuestros premios. Le damos el galardón por... haber pedido refuerzos. O sea... ¿refuerzos?; ¿refuerzos para qué? ¿Temía que el cadáver volviera a la vida y le atacara sediento de sangre o algo por el estilo? Porque muchas más opciones para tener que pedir refuerzos en una situación como la descrita no se nos ocurren, la verdad.
Cuánto daño ha hecho esta moda de los zombis, ¿verdad?