Paz...

¿Santa Teresa?
Yo. ¿Y vos sois...?

Un parajuntaletras que paraentrebestia.
¿Y queréis...?

Paraentrebestiarla, obviamente.
¿Eso duele?

Así en principio no tiene por qué, solo es preguntar.
En ese caso preguntad, joven, preguntad.

De entrada, felicidades por su 500 cumpleaños.
Gracias, joven. 500 años ya, cómo pasa el tiempo.

¿Bien por el Más Allá?
Aquí estamos.

No le he preguntado a nadie hasta ahora si existe Dios o no, y no se lo voy a preguntar a usted, pero, ¿es el Más Allá como usted esperaba?
Os agradezco que no me preguntéis sobre ello.

Ya, pero, repito: ¿es el Más...
Y yo os repito que os agradezco que no me preguntéis al respecto.

Entendido. ¿Ha conocido ya a Teresa de Calcuta?
Sí; tomamos té con pastitas de vez en cuando.

¿En el Más Allá hay té con pastitas?
En realidad no, pero la madre Teresa y yo lo llamamos así para aparentar normalidad.

¿Y de qué hablan?
De fútbol y toros, si os parece. Pues de cosas espirituales y tal, de qué vamos a hablar.

Suena apasionante. Es usted una de las pocas personas a las que Jesús se le ha aparecido en vida.
Sí.

¿Me explica cómo fue el asunto, más o menos?
Uuuy, me pegó una bronca...

¿Por?
Pues no me acuerdo muy bien, joven; ha pasado ya mucho tiempo.

A mí se me aparece Jesús y me abronca y creo que me acordaría.
Vos no tenéis 500 años, Juntaletras.

Cierto. A mí, con sinceridad, lo que más me interesa es una cosa: ¿qué opina de que la trocearan como si fuera un pastel tras su muerte?
¿Perdón?

Pues eso. Su pie derecho y parte de su mandíbula, por ejemplo, están en Roma.
No bromeéis, Juntaletras.

No bromeo. Su mano izquierda está en Lisboa.
¿En serio?

En serio. Su brazo izquierdo y su corazón los tienen en Alba de Tormes.
No jodáis.

Tienen un dedo en París, otro en Sanlúcar de Barrameda y más huesos repartidos a lo ancho y largo de la cristiandad.
Me dejáis petrificada.

Y en Ronda tienen uno de sus ojos y la mano derecha. Mano que, por cierto, tuvo Franco hasta que se murió. ¿Conoce a Franco?
¿Es un señor bajito con la voz de pito que va diciendo “españoles tal” y “españoles cual” por ahí?

El mismo.
Pues no, no lo conozco.

Bueno, y ahora que ya sabe que sus restos están diseminados por los cuatro puntos cardinales, ¿qué opina al respecto?
Pues qué voy a opinar, Juntaletras, que es una marranada. Trocear un cadáver, por el amor de Dios...

Dicen que sus reliquias hacen milagros.
¿Cómo va a hacer milagros mi dedo meñique?

Yo qué sé, oiga, pregúnteselo a ellos.
Esto me ha dejado consternada. Me voy a retirar, si no os importa.

La entiendo.
¡Que han hecho lonchas conmigo, Juntaletras!

Ya, ya... Si por eso se lo pregunto.
¿Vos lo veis normal? Yo no voy cortando a cachos a la gente por ahí. En fin, me voy a meditar.

El asunto lo merece.
Cuando me encuentre por aquí al tal Franco me va a oír. Adiós, Juntaletras.

Hasta otra.

Ya intuía que no le iba a hacer mucha gracia lo de las reliquias. Normal.