Queridos amigos, son lobos. Y tienen mucha hambre. Hubieran podido arrancarme una mano. Pero yo sé que nunc...

¿Félix?; ¿Félix Rodríguez de la Fuente?
Sí, queridos amigos; soy yo.

Soy un parajuntaletras que parapregunta. ¿Puedo?
¿El qué?

Parapreguntar.
¿Y eso qué es?

Pues como preguntar normal, pero a gente ya fallecida.
Bueno.

35 años ya...
Querido amigo: como pregunta no es muy buena, por no decir una porquería.

Probaré de nuevo. Esta semana se han cumplido 35 años de su muerte. ¿Qué se siente?
¿35 años ya? Cómo pasa el tiempo... Me da la sensación de que han pasado días.

¿Tan rápido pasa el tiempo en el Más Allá?
Tenemos que estar aquí toda la eternidad, si encima el tiempo pasara lento esto sería una agonía.

Ya... ¿Cómo va por ahí?
Pues mal.

No le gusta estar muerto, claro.
No, lo que no me gusta es que aquí no hay animales.

Observe humanos, que también son muy curiosos. Tiene por ahí ejemplares dignos de estudio.
No me motivan. Los animales son nobles, los humanos no.

¿Y qué hace durante todo el día?
Imagino animales.

¿Nada más?
Bueno, a veces quedo con Gerald Durrell, con Timothy, el chaval de ‘Grizzly Man’, y con Steve el Cazacocodrilos, y hablamos sobre animales.

Está bien encontrar gente con aficiones comunes.
Bueno, quedar con Gerald y Steve es entretenido, porque saben mucho de animales, pero Timothy solo sabe hablar de osos. Que si osos por aquí, que si osos por allá, que si osos por acullá... A mí ya me gustan los osos, pero hay más bichos, hombre.

¿Le siguen gustando los osos a Timothy teniendo en cuenta que uno se lo zampó?
Sí, sí, es como una obsesión lo de ese chico. “El hermano oso tuvo que hacerlo”, dice.

Cambiando de tema, ¿es usted consciente de que, entre usted y Fofó, traumatizaron a toda una generación de niños en España?
¿Por qué motivo, si puede saberse?

A ver, no es culpa de ninguno de los dos, pero es que eso de tener que asumir el concepto muerte a tan tempranas edades marca.
No pienso pedir perdón por haber tenido un accidente de avioneta, como comprenderás, querido amigo.

No lo pretendía. Y, en todo caso, lo de Fofó fue más traumático, la verdad.
¿Por? ¿Era él más importante que yo?

No. Primero porque sucedió antes y nos pilló más niños; segundo porque el cadáver de Fofo sí lo vimos y el de usted no; y sobre todo porque encima descubrimos que la nariz de Fofó era normal y no de payaso como estábamos acostumbrados.
Entiendo...

¿Lo ve?
¿A Fofó? Alguna vez hemos coincidido, sí. Pero él empieza en plan “¡¿Cómo están ustedes?!”, yo empiezo en plan “Queridos amigos, son lobos”, y entramos en bucle y es imposible mantener una conversación mínimamente inteligible.

Quería finalizar con música. Grandiosa sintonía la de ‘El hombre y la Tierra’, oiga.
¿Verdad?

Tremenda. No puedo decir lo mismo del temita que hicieron Enrique y Ana tras su muerte, lo siento. ¿Lo ha oído?
¿Que si lo he oído? Fue, de largo, lo peor de morirse.

¿Más que la propia muerte en sí?
Infinitamente más. Cuando Enrique venga por aquí vamos a tener unas palabras. Qué horror, en serio.

Bueno, le dejo ya. Que sepa que le estamos muy agradecidos por todo lo que nos enseñó.
Pensaba que os habíamos traumatizado entre Fofó y yo.

Pero fue porque les apreciábamos y les admirábamos.
Ahora ha quedado mejor que antes, querido amigo.

Hasta siempre y gracias, Félix.
Adiós, Juntaletras.

Mmm... Un día de estos tengo que hablar con Fofó...