PARAENTREBESTIA CON...

 

Sigmund Freud

 

 

 

16/01/2015

¿Quién anda ahí?

¿Doctor Freud?
Yo mismo. ¿Y usted es?

Un juntaletras/parapsicólogo/médium que básicamente pregunta cosas.
No es muy diferente a lo que yo hacía.

Pero usted es una eminencia, y yo no.
Eso sí.

¿Puedo preguntar?
Diga, joven.

Creó usted escuela, eso es indudable.
¿Eso es una pregunta?

Un tema a desarrollar, digamos.
Pues sí, parece que no estaba muy equivocado.

Yo no he dicho eso.
¿Insinúa usted que me equivocaba?

Para nada. Pero, como no estoy muy instruido en la materia, me niego a opinar sobre si acertaba o se equivocaba.
Mmm... Esa falta de decisión... Usted sin duda no ha superado la Fase Anal.

Oiga, que yo no le he insultado.
Tranquilo, joven amigo; es mucho más normal de lo que usted se cree.

Será todo lo normal que quiera, pero suena fatal.
Los anos es lo que tienen.

Hay una cosa que me intriga: ¿de verdad que todos nuestros problemas tienen que ver con el sexo?
Simplifica usted mucho: también están nuestras relaciones con nuestros padres.

De carácter sexual no resuelto. Complejo de Edipo y tal.
Bueno, sí; pero sigue simplificando usted mucho.

Yo tengo otra teoría, pero no sé si decírsela.
Diga, joven; no se reprima, que es malo.

Es que igual se ofende.
Yo he oído de todo, joven.

Vale. Yo creo que el que tenía un problema sexual no resuelto con su madre era usted.
Pero... ¡cómo se atreve!

Le he dicho que a lo mejor se ofendía.
¿Y en qué se basa para decir tal barbaridad?

En la observación de la fauna humana. Me he fijado en que todos tenemos tendencia a pensar que todo el mundo es como nosotros.
No está mal observado, las cosas como son. Pero no es mi caso: yo soy una persona con estudios, ecuánime, centrada y tralarí tralará.

¿Tralarí tralará?
¿Qué dice?

Uuuy... Nada, nada... Así pues, niega usted que tuviera ningún problema no resuelto con su madre.
Rotundamente. Todos los problemas con mi madre los resolví convenientemente.

¿Cómo?
A usted se lo voy a explicar...

La gente podría pensar mal.
Y yo preocupado, ya ve. Estoy muerto, ¿sabe?

Tampoco quería matar a su padre ni nada, supongo.
No: ese tema también lo dejé resuelto.

Tuvieron una larga charla y se perdonaron y esas cosas, ¿no?
No: lo maté realmente.

Bromea, supongo.
No. Le pegué un tiro entre los ojos. Tuve que hacerlo: ¡mantenía relaciones con mi madre!

Coño, doctor... Qué fuerte...
La gente del siglo XXI sois muy blanditos.

Es que es una confesión que no le favorece en nada.
¿Y qué van a hacer?; ¿detenerme?; ¿fusilarme? Le recuerdo de nuevo que ya estoy muerto.

Vaya... Me ha dejado usted en estado de shock y no sé qué más preguntarle.
Lo dicho: unos blandos.

Una última cosa.
Diga.

¿Encuentra usted alguna explicación razonable para que dos de cada tres psicoanalistas que hay en el mundo sean argentinos?
Eso es debido a que tienen una Fase Oral corta porque a los tres o cuatro meses de vida ya están dando discursos y disertaciones por ahí y no mamando como es su obligación.

Pues me deja usted mucho más tranquilo.
De nada.

Le dejo ya. Gracias por la charla.
De nada.

¿De verdad mató a su padre?
De verdad.

Menudo edipazo, ¿no?
Ya le digo.

Adiós, doctor.
Venga...

Lo que yo decía: nos pensamos que todos son como nosotros.

LeandroAguirre©2015

TODAS LAS PARAENTREBESTIAS

 

SECCIONES ACTIVAS

SECCIONES FINALIZADAS

OTROS