Pájaro raro, ojo, pájaro raro, búho con cuerpo de hombre, lobo con cuerpo de hombre, pájaro raro, león con cabeza de águila, señor caminando de lado con los brazos descoyuntados...
¿Perdón?
¡Ah, en español! Y yo aquí hablando egipcio como una tonta.
No hay ningún problema, doña Cleopatra.
Majestad, si no le importa.
En todo caso, ex majestad.
Touché. Y usted es...
Un juntaletras.
¿Todos los juntaletras hablan con los muertos?
No, yo soy un juntaletras especializado.
¿Y me ha molestado por...?
Porque quería hacerle algunas preguntas.
¿Sobre...?
Sobre usted, claro.
Me iba a dar un baño de leche de burra, pero bueno, va.
¿En el Más Allá hay leche de burra?
Las burras también se mueren, ¿sabe?
Sé, pero pensaba que sólo los humanos teníamos una vida posterior.
Ya nos gustaría. No sabe usted la de hormigas o moscas que hay por aquí.
Ya... Cosas muy concretas: Julio César.
Llamarle cosa a Julio César me parece muy feo y una falta de respeto, la verdad.
Era una expresión.
Pues exprésese mejor.
Repito: Julio César.
Un gran hombre.
¿En todos los aspectos?
En todos.
Estaba usted muy enamorada, claro.
Bueeeno...
(?)
Digamos que fue más bien una cuestión de estado. Es que yo era reina, ¿sabe?
Sí, también sé. Por eso la llamo.
Era por dejarlo claro.
Descuide. ¿Marco Antonio?
Uuuy, Marco Antonio... Qué bueno estaba Marco Antonio, en serio.
Le iban los romanos, veo.
Me siguen yendo, plebeyo.
¿Los ve por ahí?
¿A los romanos?
A los romanos Julio César y Marco Antonio, más concretamente.
A veces nos cruzamos y nos saludamos educadamente, sí.
¿Solo eso?
¿Usted sabe la cantidad de otros romanos que hay por aquí? No sé a quién elegir, la verdad.
Ya veo.
¿Usted es romano?
Para nada.
Lástima.
Quería preguntarle también por la áspid.
¿Eso qué es?
Una serpiente. Concretamente, el tipo de serpiente con la que supuestamente se suicidó.
¿Se suicidó quién?
Usted.
¿Yo suicidarme? Qué tontería...
¿No?
Ni harta de hidromiel, plebeyo.
¿Cómo murió usted entonces?
Me tropecé y me di un mal golpe en la cabeza.
¿No se suicidó para que Augusto no le agarrara?
No. De hecho mi plan era seducir a Augusto, que tampoco estaba mal, el muchacho.
¿Y Marco Antonio?
Marco Antonio había perdido. Hay que adaptarse a las circunstancias.
Lo de la áspid tiene mucho más glamur, la verdad.
Pues dejemos que la gente lo siga creyendo.
Sí, será mejor.
¿Algo más, mortal?
Igual de mortal que usted, le recuerdo. De hecho, yo aún tengo que demostrar que soy mortal.
Lo demostrará, no se preocupe.
Lo sé. Pero yo no voy llamando mortal a los demás.
Repito: ¿algo más?
No, no demasiado más. Gracias por su tiempo.
Será por tiempo...
Hasta luego, doña Cleopatra.
Majestad.
Adiós.
Se dice: “Adiós, majestad”.
Venga, chao.
Pues ya sabéis: no había áspid alguna. Ni una simple lombriz de tierra. Qué decepción...
