PROTAGONISTAS: Carlos Sainz y Luis Moya.

ÉPOCA: Hace un rato.

MOMENTAZO: Lo cierto es que es de lo más cruel que se ha visto en el mundo del deporte, pero, oye, momentazo, lo que técnicamente se conoce como momentazo, lo es y de qué manera.
La cosa fue así: Campeonato Mundial de Rally, última prueba, última jornada, última cronometrada y últimos 500 metros, y todo estaba ya preparado para que el piloto español Carlos Sainz ganara otro título mundial. De repente, sucede esto:

 

Momentazo, sí, pero putadón también. Y ese desesperado “¡Trata de arrancarlo, Carlos!” del copiloto Luis Moya, que es historia del deporte y de la televisión, al menos en España. Curiosamente, el “¡Me cago en su puta madre!” que suelta al final no caló igual.
Desde entonces a Sainz se le considera en su país un gafe y tal y cual, pero, bueno, estaría bien saber cuántos de los que se rieron de él y le atribuyeron mal fario tienen dos títulos mundiales de rally y un Dakar o algo que remotamente se le parezca en sus respectivas profesiones. Que, vamos, firmo tener en mi vida a partir de ahora la mala suerte que ha tenido Carlos Sainz en la suya. Con los ojos cerrados, firmo.
Gafe, dicen. Ya os gustaría, perdedores.