'EPPUR SI MUOVE'

PROTAGONISTA: Galileo Galilei.

ÉPOCA: Una en la que se utilizaban los crucifijos como armas de destrucción masiva.

MOMENTAZO: El momentazo de hoy no sucedió nunca. O, bueno, el sentido común indica que es imposible que sucediera nunca. Pongámonos en situación: un científico del siglo XVII es obligado a abjurar de sus teorías científicas delante del Tribunal de la Inquisición y, cuando se acaba el juicio y lo liberan, se pone en plan chulo delante del susodicho tribunal y les suelta que de abjurar nada de nada, que pa’ chulo él y pa’ puta su prima. ¿Estamos locos? Si hace eso no dura un minuto más con vida, hombre.
Pues esa es la película que se cuenta de Galileo, que, lógicamente, es desmentida por la historia en las últimas décadas. Y es que, claro, si te llama la Inquisición para que te retractes de esa barbaridad de que es la Tierra la que da vueltas alrededor del Sol y no al revés, solo hay dos posibilidades: o te retractas o palmas, no hay más. Así que, teniendo en cuenta que Galileo sobrevivió a la experiencia y ni tan siquiera pisó nunca la cárcel, solo cabe deducir que, como haría cualquier persona cabal y sin tendencias suicidas, se retractó y después se quedó calladito. Y ese Eppur si muove (Y sin embargo se mueve) o no fue pronunciado nunca o, en todo caso, se lo dijo Galileo a sus más íntimos, pero nunca a aquellos locos con sus locas sotanas que iban quemando brujas y herejes por ahí con la sospecha como toda prueba.
Eso sí: de haber sucedido hubiera sido una de las chulerías más grandes de la historia. No sé... Es como, por ejemplo, ponerse delante de Hitler y decirle: “Sí, soy judío, qué pasa. ¿Algún problema, tipo del bigote raro?”. A nadie se le ocurriría, ¿verdad? Pues Galileo tampoco estaba loco.

LeandroAguirre©2016

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