PROTAGONISTAS: Fernando Fernán-Gómez y un pobre señor.

ÉPOCA: La de ahora, más o menos. Una mierda, por abreviar.

MOMENTAZO: No hace falta decir demasiado:

 

Se pueden discutir las formas y tal, claro, pero... ¿y el gustazo que se te debe quedar en el cuerpo con un cabreo semejante? Fernán-Gómez debió dormir como un niño esa noche, sin duda. Suponemos que el otro señor no. De hecho, se rumorea que el pobre hombre, que sólo quería un autógrafo, no ha vuelto a dormir desde entonces. Terrores nocturnos, dicen. Que se le aparece Fernando Fernán-Gómez en sueños, vamos.
En todo caso, a ver si me hacéis famoso y millonario de una vez, que yo no me quiero morir sin enviar a la mierda a alguien de ese modo. Espero que cuando lo haga sea con más motivos que los de Fernán-Gómez aquel día, aunque, bueno, si no hay motivo alguno podré superarlo.
Voy a probar, va: ¡A la mierda! (...) Tch... Es que si no es a grito pelao y con cámaras no es lo mismo. En fin... Algún día.