MADRE NO HAY MÁS QUE UNA

PROTAGONISTAS: Boabdil y su amorosa mamá.

ÉPOCA: Una en la que las reinas no se duchaban.

MOMENTAZO: Para pasar a la historia según cómo, mejor no pasar, en serio. Es el caso de Boabdil, último emir musulmán de Granada. Para comenzar, a un tipo al que deberíamos conocer como Muhammad XI o XII lo conocemos simplemente como Boabdil, y como Boabdil el Chico además, que es como si Alejandro Magno hubiera pasado a la historia como Álex el Pequeñín o como si Carlos I de España y V del Imperio Germánico lo hubiera hecho como Charlie Primeroquinto. Pero no solo eso, porque el nombre completo de ese señor era Abû 'Abd Al·lâh ‘az-Zughbî’, lo cual hace más triste aún que lo conozcamos solo como Boabdil. Repito: muy triste.
El momentazo por el que Boabdil es recordado lo conocéis muchos. Resulta que, una vez desterrado por los Reyes Católicos, Boabdil se dirigía hacia Las Alpujarras y se giró un momento para ver por última vez su ciudad natal. Y, claro, el hombre, nacido en la mismísima Alhambra, se ve que era humano y no pudo contener alguna lagrimilla que otra. Craso error.
Porque fue entonces cuando su madre, Axa, que no está claro que fuera igual de humana que su hijo, le soltó la famosa frase: “Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre”, que es lo que todo hijo quiere oír de una madre cuando necesita consuelo en un mal momento. Que a lo mejor Axa tenía razón, no digo yo que no, pero, coño, un poco de compasión aunque sea por caridad musulmana, que es tu hijo, hombre. Digo, mujer.
Y eso: que para pasar a la historia así, con un mote y por perder tu reino y por una bronca demoledora de tu madre, mejor no pasar. Estamos de acuerdo, ¿no? Pues eso.

LeandroAguirre©2016

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