05/09/2016

LA VECINA
—Hola...
—(...)
—¡Hola!
—(...)
—¡Eh, hola!!!
—(...)
(...)
—Tch... Qué gilipollas es la vecina...
—No es gilipollas, es sorda.
—Eso no es excusa para ser maleducada.
—¡Que no te oye, idiota!
—Coño, pues que lo diga: “Señor, no le he devuelto el saludo porque no lo he oído”. No cuesta tanto.
—Madre mía...
—Qué... ¿No tengo razón?
—No, si ya me lo decía mi padre: “No te cases con ese chico, cielo, que es lerdo”.
—Tu padre, vaya otro. Jamás se dignó a darme la mano.
—¡Porque había perdido los dos brazos en la guerra, imbécil!
—Aquí todo el mundo tiene una excusita, veo.
—Dios santo... Quiero el divorcio.
—¿Por?; ¿porque la vecina es una maleducada?; ¿porque tu padre me despreciaba?
—¡Socorro!
—Insisto en que se puede ser sordo y educado a la vez.
—¡Socorro!!!!!
—Y lo de tu padre era simple falta de voluntad.
—¡SOCORRO!!!
—No insistas, cariño; la vecina es sorda y no puede oírte. Que se te ha de explicar todo.
LeandroAguirre©2016

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