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Te estoy molestando, hermano

Como a muchos de vosotros, lo de “Me estás molestando, hermano” de Raúl de Tomás me gustó tanto que he decidido utilizarlo para todo. No voy a hacer –de momento– como ese perico que corre por Twitter que se lo ha tatuado, pero no descarto hacerlo si RDT sigue a este ritmo y, sobre todo, si nos salvamos.
No, en serio, es muy útil. Por ejemplo, cuando el culé de turno que todos tenemos en la familia o que nos encontramos por esos bares de Tutatis nos empiece a dar la brasa con lo de “el año que viene a Segunda, jiji jaja”, lo de “el Espanyol de Connellà, jojo juju”, o lo de cualquier otra cosa brillante que salga de sus cerebros privilegiados, a partir de ahora bastará con poner cara de mala leche y soltar un “Me estás molestando, hermano”. Bueno, en este caso podemos cambiar “hermano” por “primo” o, simplemente, por “gilipollas”.
Pero no solo para lo futbolístico sirve, se puede utilizar en muchas facetas de la vida. ¿Que el anormal de turno pone su música de mierda a toda leche en su móvil en el metro? Me estás molestando, hermano. ¿Que a los vecinos de arriba les da por mover muebles a las dos de la madrugada? Me estáis molestando, hermanos (y parad u os mato). ¿Que un camarero te sirve unos boquerones del siglo anterior que caminan solos? Me estás molestando, hermano (y dame la hoja de reclamaciones). ¿Que una señora te agrede impunemente y con alevosía con su perfume barato? Me está molestando, hermana (y dúchese, mujer, dúchese). ¿Que alguien está cantando y no acierta ni una sola nota? Me estás molestando, hermano (y cierra la boca). ¿Que alguien se tira un pedo? Me estás molestando, hermano (puto guarro). Y así hasta el infinito. Muy práctico.
El “Me estás molestando, hermano” ya está en el Olimpo de frases célebres pericas al lado de las míticas “Olemos a muerto” de ‘Tintín’ Márquez, “El que avui és blanc demà pot ser negre” de Sánchez Llibre (bueno, Dani tiene varias, pero es que el hombre tiene un don para eso), “Llamadme loco, pero yo creo que nos vamos a salvar” de Iván de la Peña y algunas otras.
En fin… Estoy hablando de esto porque ganamos al Mallorca, claro. Si hubiéramos perdido no hubiera salido del lavabo desde ayer a las dos de la tarde, y no sé cómo decirlo más elegantemente. Pero ganamos.
Evidentemente no estamos salvados, pero que a nadie se le olvide que hay diez equipos más que tampoco lo están. Que aquí alguno va a perder tres partidos seguidos y se va encontrar de repente con el Espanyol y el Celta a tres puntos y teniendo que visitar Leganés.
Como muchos se encargan de recordarnos, aún vamos últimos, sí. Pero toda esa gente es la misma que lleva más de un cuarto de siglo diciéndonos que vamos a bajar y que lleva el mismo cuarto de siglo quedándose con las ganas. Algunos de ellos ni siquiera nos han visto nunca en Segunda. Para mí, sinceramente, bajar sería un palo pero no un drama como cuando tenía veinte años. Ya lo viví dos veces y tanto el Espanyol como yo seguimos aquí. Es la vida. Pero, oye, solo por la decepción que se iban a llevar algunos, sería la hostia que, por enésima vez, lo volviéramos a hacer, ¿no? Después podríamos decirles: “¿Os estamos molestando, hermanos? Pues a joderse. Aquí seguimos y aquí vamos a continuar”. Dicho sin acritud y sin rencor, por supuesto.

LeandroAguirre©2020

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