MÁS BUENOS QUE EL PAN

Sinceramente, me están empezando a dar un poco de rabia los anuncios, tanto públicos como de empresas privadas, que están surgiendo a raíz de la pandemia, el confinamiento y tal y cual. Qué maravillosamente maravilloso es todo el mundo, oye.
Quizás sea porque no tengo, como ya no tenía antes, demasiada fe en el ser humano. A nivel individual somos casi todos personas como mínimo interesantes, aunque sea a nivel de estudio, pero a la que nos juntamos más de tres o cuatro somos una puta desgracia, y lo continuaremos siendo. ¿Que hay un montón de personas que están haciendo cosas fantásticas? Indudablemente, pero también las había antes, aunque nadie les hiciera ni puñetero caso.
Por ejemplo, qué bueno es todo el mundo, que sale a las ocho a los balcones y ventanas a aplaudir a los sanitarios, ¿verdad? Permitidme una pequeña reflexión.
Por pura estadística, y centrándonos en España y sus diferentes comunidades autónomas, el 80% de las personas adultas que lo hace son personas que han votado a los partidos políticos que han realizado los recortes más bestias en sanidad de toda la historia de la democracia. Pero es que, y si pasa lo contrario será una de las grandes sorpresas que me voy a llevar en mi vida, el 90% de ellos van a seguir votando a la misma gente, así que, lo siento, lo encuentro de una hipocresía rozando el cinismo por parte de algunos.
Pero es que voy a ir un poco más allá, aunque me caigan hostias como panes: los sanitarios, como parte de la misma sociedad que los demás, también en un 80% han votado a los mismos partidos que el resto de mortales y, como el resto de mortales, van a seguir votando básicamente lo mismo. Y ahora podría decir eso tan manido de “disfruten de lo votado”, pero no soy tan cabrón.
Seguramente estoy equivocado, pero yo no creo que, en esencia, vayamos a cambiar un carajo cuando esto pase. Quizás, sobre todo al principio, apreciemos más los momentos que pasemos con la familia y los amigos, y los abrazos y los besos y esas cosas, pero no pienso que el tema vaya a pasar de ahí. Los que antes eran unos egoístas, lo continuarán siendo. Los que basaban su vida en el odio a los que piensan diferente, seguirán haciéndolo. Los integristas de toda índole –religiosos, ideológicos, nacionalpatrióticos, deportivos– van a seguir siéndolo. Los xenófobos no solo van a seguir siéndolo, sino que además van a encontrar en la pandemia un nuevo argumento para serlo. Los que trataban al personal de los supermercados como si fueran un objeto más de los expuestos en los estantes, seguirán pasando a su lado como si fueran cosas. Los eternos ofendidos seguirán ofendiéndose por los más variopintos motivos. Y a los que les importaba una mierda sus vecinos, les continuará importando una mierda, por mucho que ahora se saluden a las ocho desde los balcones para congratularse mutuamente de lo majos, agradecidos y solidarios que son. Y, por supuesto, continuarán votando a los mismos, o a gente muy parecida.
Hey, que ojalá me tenga que tragar mis palabras por completo y nos volvamos todos una gente maravillosa, altruista, desinteresada, empática, crítica y más buena que pan Bimbo, pero, como decía al principio, no tengo demasiada fe en que eso suceda. El mundo ha pasado por epidemias, catástrofes climáticas y guerras mundiales, y no se puede decir que ninguna de esas cosas haya mejorado al ser humano en su conjunto, porque de otra forma no tendría ningún sentido estar debatiendo si vamos a cambiar o no. Ya hubiera sucedido, porque oportunidades, y mucho peores que esta, ha habido. ¿O es que esto está siendo peor que la II Guerra Mundial o algo? Pues eso. Pero, insisto, ojalá me equivoque.

LeandroAguirre©2020

TODOS LOS MONGÓLOGOS

 

SECCIONES ACTIVAS

SECCIONES FINALIZADAS

OTROS