ÉPOCA: Una en la que Carlos Jesús hubiera triunfado mucho más de lo que triunfó en su momento.
CURRÍCULUM: Rasputín era un tipo muy raro que, allá en su Siberia natal, vestía con túnicas como Jesucristo e iba por la vida practicando sanaciones y demás cosas místicas que, se ve, suelen practicar los místicos. La cuestión es que la fama de Rasputín trascendió las fronteras de su pueblo y llegó hasta el palacio de los zares justo en el momento en el que el heredero, Alexis Nikolaevich, que sufría de hemofilia, se estaba desangrando por los rincones. Y llegó Rasputín, sí, y sanó al príncipe, o cómo quiera que se llamara al hijo de un zar. Como se puede comprender, Rasputín se convirtió en una de las celebridades del reino —o lo que fuera el territorio sobre lo que mandaban los zares— y pasó a ser una de las personas con más influencia sobre la familia real, o cómo se dijeran las familias de los zares.
Aunque, digámoslo todo, ese tipo extraño con mirada de loco se convirtió en el favorito de la zarina Alejandra y del zarévich (sí, ya he buscado cómo se llama el hijo de un zar) Alexis Nikolaevich y conquistó a gran parte de la aristocracia rusa, pero a otra parte de la aristocracia no le hacía puñetera gracia aquel siberiano ni la excesiva influencia que tenía en la política del país. De hecho, tan poca gracia les hacía que lo acabaron matando, que es como, durante la historia, se han ido solucionando las situaciones incómodas entre los poderosos. Y así terminó la década de poder de Rasputín: por lo sano. Bueno, o, tratándose de quien se trata, por lo insano. A ver si ahora se van a ofender los sanos o algo, que hay gente muy susceptible.
MOMENTAZOS:
–Hey… Muchas leyendas circulan en torno a Rasputín, sobre todo en lo que se refiere a su vida sexual. Se dice que las orgías eran habituales en palacio, que su potencia sexual era legendaria, que no había rusa o turista que Rasputín no se hubiera beneficiado… El Julio Iglesias de la época, vamos. Pero, hay que decirlo también, diversos historiadores no sólo desmienten esa versión sino que incluso aseguran que Rasputín era semi impotente y que, de hecho, puede que fuera homosexual. ¿Cuál de las dos versiones es la buena? Rasputín sabrá, pero, como con Calígula, en la Infrahistoria nos quedamos por defecto con la versión más gore y cinematográfica. ¿Método históricamente y científicamente reprobable? Totalmente, pero no sé qué esperáis de una sección titulada con una palabra que ni siquiera existe. –Harry el sucio. Lo que sí es espectacular, de las más espectaculares de nunca jamás, es la muerte de Rasputín. Se desconoce si es tan fiable como su leyenda sexual, pero es de aquellas historias que si no son verdad deberían serlo. ¿Sabéis las películas ésas en las que al malo le van pegando tiros y no acaba de morirse nunca? Pues lo mismo pero en exagerado. Que Rasputín murió asesinado ya os lo he dicho, pero lo que no os he explicado es que primero lo envenenaron pero, como no acababa de morirse, le pegaron unos cuantos tiros. Parecía bien muerto, pero aún así decidieron tirarlo al río no fuera a ser que le diera por levantarse. Y bien que hicieron, porque cuando Rasputín fue encontrado y se le practicó la autopsia, se concluyó que la causa de la muerte había sido… ahogo. Eso es un tipo duro, y no John Wayne, Stallone o Margareth Tathcher. –¡Oh, oh, Rasputin! Pero el momentazo definitivo de la vida de Rasputín llegó más de 60 años después de su muerte. No, no me he vuelto loco, siempre lo he estado. Pero es que ni Rasputín en el peor de sus delirios se hubiera podido imaginar que, seis décadas después, tres negrazas del otro lado del mundo y un negrazo con hiperactividad le rendirían homenaje de la siguiente y alucinógena manera:
Qué grandes…
EPÍLOGO: Ponte una túnica, mira raro y deja un bonito cadáver.
