FRANCISCO FRANCO

NOMBRE: Francisco Franco Bahamonde.

ÉPOCA: Una en la que ser, o simplemente parecer, rojo, judeo o masón en España era más peligroso que hacer surf en un tsunami.

CURRÍCULUM: Franco era un señor bajito con la voz de pito que, así en principio, podía colar por cualquier cosa menos por un dictador, que es lo que fue. O sea: tú ves hablar a Hitler y Mussolini y, sin saber qué están diciendo, dan miedo y ganas de salir corriendo, pero ves hablar a éste y dan ganas de pegarle una colleja y mandarlo a la cama sin cenar y sin ver la tele. Y supongo que por eso, por todas las collejas que le debieron dar en el cole por ser bajito y tener la voz de pito, a Franco le creció una mala leche que, literalmente, no le cabía en el cuerpo que tenía. ¿Y qué carrera podía seguir un personaje de tales características? Pues la militar, obviamente. Aunque tampoco era de esperar que la carrera militar del tipo fuera lo rápida y exitosa que fue. Yo creo que al resto de militares, gente acostumbrada a hablar a gritos, les daba miedo ese tipo que hablaba en un susurro agudo como las serpientes y le iban ascendiendo para quitárselo de encima. Otra explicación no le encuentro, la verdad.
En fin… Que un día estaba Franco tranquilamente en Ceuta fumando porros, cuando a él y otros cuantos militares les dio un aire y decidieron levantarse en armas contra la República. El resto de la historia me parece que ya la conocéis: Franco y sus compinches montaron una guerra civil que duró tres años y, tras ganarla, el hombre se instaló en el poder durante cuarenta eternos años más —tras aniquilar o hacer huír a cualquier persona que no llevara el brazo en alto por la calle— y sólo su muerte liberó a los españoles de semejante mal sueño. Indudablemente, el personaje más nefasto de la historia de España, aunque algunos sigan empeñados en que fue Zapatero.

MOMENTAZOS:
–Por lo civil o por lo criminal.
Tremenda la guerra que Franco y los suyos descerrajaron al pueblo español. Lo nunca visto en el mundo hasta entonces. Tres inacabables años que concluyeron con un país arrasado y una población sometida. Y es que es curioso lo que muchos pueden llegar a hacerle a su país por, paradójicamente, presunto amor a su país. A mí, de verdad, para que me quieran así prefiero que me odien como en la actualidad. Mis enemigos me evitan, no pretenden eliminarme.
–Flor en el culo. La gran cualidad de Franco era la suerte que tenía, porque de otra forma no se entiende ni su rápido ascenso ni su llegada al poder, porque en principio no era él el destinatario de tal honor. Otros, como los generales Sanjurjo y Mola, estaban muy por delante de él para encabezar el alzamiento, pero entre que el uno se murió y al otro las circunstancias de la guerra le pasaron factura, Franco, como le había pasado durante toda su vida, se encontró como caudillo de España sin saber ni cómo. Casi mejor, porque, como dictador hubiéramos tenido sí o sí, es mucho más fácil decir 'franquismo' que 'sanjurjismo'. Ande va usté a parar…
Cinismo. Franco fue uno de los grandes cínicos de la historia. Como muestra, una de sus frases más famosas, dicha a un periodista que fue a quejarse al caudillo por no sé qué. "Haga como yo y no se meta en política", le dijo el cachondo. Junto a la definición de 'cinismo' en el diccionario debería ir esta frase, no conozco otra mejor.
–Desatado. Otra expresión muy conocida de Franco es esa "atado y bien atado" refiriéndose a la situación política que dejaría tras su muerte. Afortunadamente no todo estaba tan bien atado como él se pensaba, porque sino de qué estaría yo ahora escribiendo esto. Bueno, podría escribirlo, claro, pero me fusilarían mañana al amanecer sin juicio previo, por supuesto.
–Lenta agonía. Pero el momento estelar de Franco, por el que a muchos nos gusta recordarlo, es por su inacabable agonía. Le podían haber dejado morir mucho antes, porque el hombre no daba para más, pero un día que se alargaba el asunto era un día más que todos los cercanos al régimen podían seguir mandando y chupando del bote. Parece ser que ellos tampoco tenían nada claro que todo estuviera, como decía el jefe, tan atado como parecía. Pero al final cascó, por supuesto, porque, aunque lo pareciera, ni Franco era eterno. ¡Viva la muerte! ¡Viva!

EPÍLOGO: "Una, grande y libre" era el lema del franquismo. Y, curiosamente, ni era una, porque la mitad de españoles estaban exiliados en otros países, ni era grande, porque España nunca ha sido más pequeña que entonces, ni por supuesto era libre. Lo dicho: un cínico, el tipo.
Os dejo los, sin duda, dos momentos insuperables de la vida de Franco. Que los disfrutéis.

 

 

LeandroAguirre©2014

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