LAS CRUZADAS

ACONTECIMIENTO: Cruzadas.

ÉPOCA: Una en la que la cruz era un arma de destrucción masiva.

CRONOLOGÍA: Se suelen interpetrar las Cruzadas como guerras entre cristianos y musulmanes, pero no simplifiquemos. Para la Iglesia Católica de aquellos tiempos los musulmanes eran el enemigo principal, cierto, pero eso no quiere decir que olvidaran al resto de infieles que por el mundo pululaban. Es decir: las Cruzadas fueron contra los moros, sí, pero también contra judíos, prusianos, mongoles, husitas y valdenses —que vete a saber qué habrían hecho los pobre husitas y valdenses—, y además contra otros grupos de cristianos como los ortodoxos rusos y griegos o los cátaros. Un festival.
En realidad eran guerras de expansión perpetradas por los Papas y sus aliados contra sus enemigos políticos con la excusa de la religión y de recuperar Tierra Santa, pero era sólo eso: una excusa. No digo que no hubiera gente ahí que todo lo hiciera por fervor religioso —como Bin Laden, mismamente—, pero no era el caso de la mayoría de reyes y Papas precisamente.
Hasta ocho Cruzadas se produjeron durante un par de siglos, comenzando por la encabezada por el papa Urbano II y acabando por la de Luis IX de Francia, que fue el que dijo que vale, que hasta ahí habían llegado. Así que, tras unos cuantos montones de cadáveres tanto propios como ajenos y sin sacar nada en claro más allá del control de alguna que otra ruta comercial, se acabaron las Cruzadas. Fracaso absoluto. ¡Buuuh…! ¡Fue-ra, fue-ra, fue-ra…!

MOMENTAZOS:
–Jerusalén.
El logro más importante de los cruzados durante los doscientos años de cansinez invasora fue la toma de Jerusalén, que no es moco de pavo, aunque no duró la cosa muchos años porque ya se sabe que la palabra estabilidad y la palabra Jerusalén son antónimas. Si en el siglo XXI hay allí montada la que hay montada, imaginad lo que podía ser aquello en los siglos XI o XIII, con lo bestias que eran. Bueno, eran bestias, sí, pero al menos luchaban cuerpo a cuerpo y no con misiles, aviones sin tripulación, drones y esas cosas. Cafres pero nobles, vamos.
–Por el forro. Y ya está. No hubieron demasiados éxitos más en dos siglos de Cruzadas. ¿Valió la pena el pollo montado tras ver los resultados obtenidos? Pues así en principio no parece, pero seguro que algunos, como sucede con todas las guerras, le sacaron su provecho, claro. Pero si de lo que se trataba era de recuperar Tierra Santa, aquello fue un fiasco. Quizá algún soldado se llevó un poco de tierra de recuerdo o algo, pero más allá recuperaron Tierra Santa por el forro de las babuchas de los musulmanes. Repito: fracaso.
–No cuela. Muchas guerras posteriores han querido pasar como cruzadas, pero no cuela. Franco, sin ir más lejos, siempre presentó la infame guerra civil que montó con sus amiguitos como una cruzada, cuando la realidad fue un levantamiento militar contra un gobierno legítimo. En cambio, hay cruzadas de verdad que pretenden pasar por otras cosas, como la Cruzada que el ministro Wert pretende hacer pasar por una ley de educación. Curioso el mundo de las Cruzadas, ¿no?: los que las hacen de verdad pretenden hacerlas pasar por otra cosa, mientras otros cometen atrocidades pretendiendo hacerlas pasar por cruzadas. Están locos estos cruzados, que diría Obélix.

EPÍLOGO: Suerte que las religiones hablan de paz, amor, fraternidad y esas cosas, porque si hablaran de guerra, sangre y matanzas indiscriminadas sabe Dios, y nunca mejor dicho, qué podrían llegar a hacer esa gente tan religiosa. Miedo da.

LeandroAguirre©2013 (revisión 19/11/2014)

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