EL JUANPALOMO

NOMBRE COMÚN: Juanpalomo.

NOMBRE CIENTÍFICO: Tiene uno, claro, porque él mismo lo inventó, pero dice que es para uso propio y que no nos lo presta ni que sea por un rato. Lo intuíamos, pero aun así nuestra obligación era preguntarle para que nadie nos pueda acusar de no haber hecho todo lo posible. Profesionales como nosotros solos.

CARACTERÍSTICAS: Aunque tengan algún elemento común, no hay que confundir al Juanpalomo con el Vivosolo, al que estudiamos en la primera etapa de Fauna Humana. El Vivosolo es un espécimen al que básicamente le da igual la gente que tiene alrededor, mientras el Juanpalomo, en cambio, es alguien que no necesita a la gente que hay alrededor. El matiz es importante, porque el Vivosolo es un cabrón egoísta al que no le importa molestar a los demás, y el Juanpalomo lo último que hará es molestar a los demás porque, simplemente, su autosuficiencia hace que ni los tenga en cuenta.
Juanpalomos son esas personas a las que tan pronto te encuentras arreglando el sistema eléctrico de su casa, como estudiando por su cuenta la forma de curar el cáncer, como tejiéndose un jersey, como excavando un pozo, como desmontando el motor de su coche o como intentando construir con sus manos un ordenador porque, según ellos, “no puede ser para tanto”. ¿Significa eso que saben de todo? En absoluto, aunque ellos piensan que cualquier cosa que hagan otros está chupao y que están perfectamente cualificados para hacerlo. Pero hay que ver cómo quedan los enchufes de su vivienda, los efectos de sus pócimas contra el cáncer, las irregulares mangas de las prendas que tricotan o el PC surrealista que paren para darse cuenta de que, efectivamente, ellos se lo guisan, sí, pero también se lo comen ellos porque ninguna otra especie podría hacerlo.
¿Viene el “Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como” del nombre de esta especie, o el nombre viene del dicho? Ése es uno de los grandes misterios de la ciencia, indudablemente. Casi al mismo nivel que lo del huevo y la gallina. En Fauna Humana tampoco nos ponemos de acuerdo, así que dejamos al lector que elija su propia respuesta. Un Juanpalomo jamás hubiera permitido tal cosa, está claro.

TIPOS: El Hastaunlímite y el Hastalasestrellasymasallá. A nosotros nos salen dos. El primero es un Juanpalomo que, como buen Juanpalomo, intentará hacer todo por su cuenta pero que, llegado un punto, se dará cuenta de que hay cosas que están fuera de su alcance. Es decir, intentará como todos hallar la cura contra el cáncer, pero en un momento dado admitirá que, con su título de Graduado Escolar, no es suficiente para lograrlo. El Hastalasestrellasymasallá, como es fácil adivinar, intentará dar con la cura hasta el fin de sus días a no ser que, por supuesto, un día decida que ya lo ha logrado, cuando, es evidente, no será el caso. Se les podría llamar perfectamente el Obsesivo y el Obsesivohastaeldelirio, pero el científico que descubrió a los Juanpalomos, el doctor Von Vonvon de la Universidad de Utrech, les puso esos nombres y él manda. Son las reglas no escritas del mundo de la ciencia.

HÁBITAT: Al Juanpalomo le da relativamente igual dónde se encuentra, porque, como no podía ser de otra manera, hará suyo cualquier hábitat en el que esté. Si está en el Polo Norte se construirá un iglú, si está en el desierto se construirá un oasis y si está en un piso del extrarradio intentara descubrir la cura contra el cáncer. Gente activa donde las haya, eso sí.

ALIMENTACIÓN: Cualquier cosa que hayan cocinado o recolectado ellos, por supuesto. Lo que pasa es que lo recolectado o lo cocinado no tiene por qué estar necesariamente en condiciones, por lo que el Juanpalomo suele tener bastantes problemas gástricos, llegando en algunos casos a la intoxicación severa. Hay que decir que eso sólo le pasa al Hastalasestrellasymasallá, porque el Hastaunlímite a la que ve moho en la comida para de comer por mucho que se lo haya guisado él mismo.

APAREAMIENTO: Extremadamente complicado porque el “yo me lo guiso yo me lo como” sirve para todo, incluido el sexo. El Hastaunlímite llega un momento en el que acepta que él solo consigo mismo no va a tener descendencia y busca pareja, mientras que el Hastalasestrellasymasallá sigue intentándolo por su cuenta hasta que se muere. Aun así siguen naciendo Juanpalomos Hastalasestrellasymasallá, en otro de los misterios de esta especie.

COMPATIBILIDADES: El Tualotuyoyyoalomío, el Dejameenpaz o el Hazlotuqueyonosé. Compatibles entre comillas, claro, porque compatible, lo que científicamente se conoce como compatible, el Juanpalomo sólo lo es consigo mismo.

INCOMPATIBILIDADES: No demasiadas porque el Juanpalomo no se relaciona demasiado, pero podríamos hablar del Yoteayudo, del Todoporlosdemás o el Tufelicidadesmifelicidad. Pero, repetimos, nunca llega a haber el suficiente contacto entre ellos para que, por muy incompatibles que sean, la sangre llegue al río.

CONCLUSIÓN: Mayormente hay que dejarlos a su aire. Siempre, eso sí, que no quieran probar contigo la cura contra el cáncer que, según ellos, acaban de descubrir. Lo paradójico es que si algún día alguno de ellos descubre realmente el remedio contra el cáncer, nadie les va a hacer ni puñetero caso. Ellos se lo habrán ganado, indudablemente.

LeandroAguirre@2013 (revisión 16/09/2014)

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