EL SUMISO

NOMBRE COMÚN: Sumiso.

NOMBRE CIENTÍFICO: Puede el lector imaginarlo: que si da igual, que si el que vosotros queráis, que si ponédmelo vosotros, que si el vuestro mismo ya me va bien… Pedirle a un Sumiso que tome una decisión es como pedirle a un Coletillero que hable sin coletillas. Lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible, que dice el dicho.

CARACTERÍSTICAS: La sumisión no es una característica exclusiva de esta especie, pero sólo esta especie lleva la sumisión a su máximo exponente. El Sumiso, no se necesitan muchas explicaciones, es ese espécimen que vive mucho mejor y más cómodo sometido que de ninguna otra forma. Puede interpretarse que el Sumiso, como ocurre con la sumisión en otras especies, no tiene más remedio, por las razones que sea, que aceptar su sometimiento a otros, pero en el caso de esta especie eso no es real. Es decir: el Sumiso es sumiso porque no puede, no sabe y, lo más importante, no quiere ser otra cosa. Así que, ya de entrada lo decimos, lastimica la justa.
El Sumiso es ese individuo que, por ejemplo, anda siempre un metro por detrás de su pareja con la cabeza gacha diciendo “sí, cariño” cada, se calcula, tres segundos de media. Es también ese espécimen al que se ve cargando como un burro bolsas del súper porque sus amigos lo han enviado a comprar bebidas en solitario. O son esos otros a los que se ve por la calle obedeciendo todas y cada una de las órdenes que les dan sus hijos de 3 y 5 años. Es, en definitiva, alguien que acata sin rechistar todas las órdenes, e incluso las sugerencias o las indirectas, que le lanzan desde su alrededor. ¿Triste? Quizás, pero, en el fondo, es una estrategia de supervivencia como cualquier otra. Estrategia triste, sí, pero estrategia al fin y al cabo.
Aclarar, porque seguro que alguien se lo está preguntando, que si bien todos los Sumisos son, como no podía ser de otra forma, sumisos sexualmente, no todos los sumisos sexuales son Sumisos. Por decirlo de otra forma, a nadie debería extrañarle que, por nombrar a alguien de actualidad, a Vladimir Putin le fuera lo de ser sumiso en la intimidad cuando, está claro, no es sumiso en su vida cotidiana.

TIPOS: Dos. Repetimos por si alguien andaba despistado: dos. El Sumisotupadre y el Sumisoyorgulloso. El Sumisotupadre es, sin duda alguna, el tipo de Sumiso más patético, porque siendo como es un Sumiso sumiso de manual, niega o no ve su sometimiento y va por la vida como si fuera el que manda y no el que obedece. El Sumisoyorgulloso, por su parte, no sólo es consciente de estar siendo sometido, sino que además disfruta de ello porque considera que le facilita mucho la vida al no tener que tomar decisiones que, obviamente, otros toman por él.

HÁBITAT: Donde le digan, evidentemente. Aunque hay unos lugares específicos donde todos los Sumisos con problemas de adaptación al mundo pueden agruparse: los cuarteles militares. Porque, sí, el 90% de los militares son, podemos afirmarlo con rotundidad, Sumisos Sumisotupadre. La felicidad para muchos Sumisos es poder gritar: “¡Señor, sí Señor!”. ¿El otro 10%? Ese porcentaje está ahí por otras oscuras razones que no es nuestro cometido analizar, aunque nos gustaría.

ALIMENTACIÓN: Evidentemente también, lo que le digan. En el caso concreto del Sumisoyorgulloso, y en una reacción mental no del todo explicable, cuanto menos le gusta la comida que le obligan a ingerir, más la disfruta. Hay, está claro, un punto de masoquismo en ello, algo que desconcierta a la comunidad científica porque una cosa no debería ir necesariamente ligada a la otra. Pero las cosas son así, y fue precisamente por esta clase de misterios por los que decidimos escoger esta profesión. Una profesión, ya que estamos, que nunca un Sumiso podría ejercer, ya que vendría alguien que le diría que la Tierra es plana y lo aceptaría sin rechistar. No way.

APAREAMIENTO: Como habíamos avanzado, y como no podía ser de otra manera, ningún problema siempre que al Sumiso le dejen ejercer su papel de sumiso. Especialmente gracioso en este tema es el Sumisotupadre, que, estando siendo vil y evidentemente sometido, piensa que es él el que está sometiendo a la otra persona. El Sumisotupadre tiene un problema, efectivamente. O varios.

COMPATIBILIDADES: Están claras: con el Arrodíllateperro, el Esasíypunto o, por supuesto, el Yomás, una de las primeras especies que analizamos en Fauna Humana allá en el blog. Cualquiera que tenga un punto de soberbia, arrogancia o sentimiento de superioridad será totalmente compatible con el Sumiso.

INCOMPATIBILIDADES: Bastantes, porque a las otra especies no les suele agradar la gente arrastrada. Por citar unos pocos podríamos hablar de los Séunhombrecoño, los Miremealosojitos o los Mejormorirdepiequevivirderodillas.

CONCLUSIÓN: No tiene por qué caer mal, pero tampoco tiene por qué caer bien, las cosas como son. Suelen, eso sí, echar más p’atrás que p’alante, porque ver a gente aceptando según qué cosas en público da bastante lastimica y vergüenza ajena. Pero que nadie se equivoque: no son muchas las especies que se libran de, en un momento u otro, caer en la sumisión. Así que mucho ojito con eso todo el mundo que no sea de las especies especificadas en ‘Incompatibilidades’. Advertidos quedáis.

LeandroAguirre@2013 (revisión 09/11/2014)

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