NOMBRE COMÚN: Sinoloveonolocreo.
NOMBRE CIENTÍFICO: Que como por el teléfono no nos veía, pues no ha querido dárnoslo porque no creía en nosotros. Nos hemos ofrecido a ir en persona para que pudiera comprobar la veracidad de nuestra existencia, pero nos ha dicho que él no queda con gente que no existe. Más no podemos hacer.
CARACTERÍSTICAS: Pues eso: que si no lo ve no lo cree. Pero, claro, a un nivel casi patológico, bordeando la falta de respeto a los demás. O sea, que si le cuentas a un Sinoloveonolocreo que has visto unos zapatos chulísimos y baratísimos en tal zapatería, no se lo creerá hasta que lo comprueben sus propios ojos, lo que no deja de ser poner en duda cualquier cosa que digan los demás, algo que no es muy bien recibido por la fauna humana en general.
El Sinoloveonolocreo no tiene, por supuesto, creencias ni religión, pero es que incluso llega a dudar de las cosas empírica y científicamente demostradas si no puede comprobarlas y palparlas él mismo. Puede llegar a decir, por ejemplo, que bueno, que vale, que lo que la Tierra es redonda está muy bien y tal, pero que hasta que él no lo vea en persona desde el espacio no se cree nada. Y puede llegar a sinsentidos como negar la tristeza estando muriéndose de pena o negar la felicidad con una sonrisa de ídem en la boca. Y así con casi todo, dependiendo del grado de sinoloveonolocreísmo de cada individuo de esta especie.
TIPOS: El Puntilloso y el Superpuntilloso, es decir dos. El Puntilloso es ese Sinoloveonolocreo que tiene un límite en su sinoloveonolocreísmo. Son ejemplares que pueden llegar a creer en, por ejemplo, la amistad y el amor aunque no puedan manipularlos con las manos. Les cuesta, pero pueden llegar a aceptar la existencia de esas cosas. El Superpuntilloso, en cambio, reta a cualquiera a demostrarle lo que no se puede demostrar, incluyendo ahí asuntos tan dispares como la existencia de las ondas herzianas, del, como hemos dicho, amor y de la amistad, o, ya rizando el rizo, del propio sinoloveonolocreísmo. Se le puede confundir a veces con un Cínico, pero las diferencias son sustanciales a la que se observa a uno y otro durante un breve espacio de tiempo. Tanto el Puntilloso como el Superpuntilloso tienen, eso sí, la necesidad imperiosa de discutir cuando su sinoloveonolocreísmo se ve insultado, que suele ser prácticamente siempre con prácticamente todo el mundo sobre prácticamente cualquier cosa. Bastante enervantes a veces, efectivamente.
HÁBITAT: No hay un hábitat especial en el que encontrar al Sinoloveonolocreo, pero hay hábitats donde es imposible encontrarlos. Iglesias o mezquitas, por ejemplo, lugares en los que el Sinoloveonolocreo sólo aparece si tiene un interés turístico o científico, pero jamás para otra cosa. Las reuniones espirituales de cualquier tipo, los congresos de astrología o el plató de Cuarto Milenio son otros sitios en los que es casi imposible encontrar Sinoloveonolocreos, a no ser, claro, que se hayan perdido o algo.
ALIMENTACIÓN: Cosas de las de toda la vida, sin trampa ni cartón. Ni espumas de sabores, ni destructuración de potaje, ni Aromas de Montserrat, ni nada que se le parezca. Por supuesto, y como no podía ser de otra manera, no cree en las bebidas espiritosas.
APAREAMIENTO: Sin demasiado problema a no ser que sea un Superpuntilloso y le empiecen a hablar de amor, espiritualidad, conexión de almas o nada que se le asemeje mínimamente. De sexo tántrico ni hablar, por supuesto. Ni el Puntilloso ni el Superpuntilloso. Pero ni hablar, vamos.
COMPATIBILIDADES: Absolutamente compatibles con los Ateístas, los Alahogueraconlosastrólogos, los Losovnisnoexistenimbécil o los Antesmuertoqueaceptarquetengochacras. Con el resto de especies la relación es posible pero suele ser tensa porque el Sinoloveonolocreo puede llevar su sinoloveonolocreísmo a, como apuntábamos al principio, la falta de respeto. Es decir, que si alguien se te confiesa creyente tampoco es del todo necesario llamarle 'energúmeno idiota sin fundamentos' a las primeras de cambio, algo que el Superpuntilloso hará sin dudar.
INCOMPATIBILIDADES: Pues unas cuantas bastantes: los Espiritualoides, los Soytodoalma, los Yinyang, los Somosenergiacósmica, los Jipis, los Yogaymás, los Etéreos, los Astrólogos, los Enchochaos, los Artistas y, por supuesto, los Conspiranóicos. Hubiéramos acabado antes enumerando las especies que quedan, pero somos así de profesionales.
CONCLUSIÓN: Se podría convivir con ellos perfectamente si no fuera por esa manía de discutirlo y ponerlo todo en duda constantemente. Oye, si la gente es feliz creyendo en dioses, karmas o seres del más allá, a ti, ¿qué más te da? Pues sí, les da, y ahí es donde tienen el problema. Bueno, ahí es donde tienen el problema el resto de especies con ellos, más concretamente.
