EL COLETILLERO

NOMBRE COMÚN: Coletillero.

NOMBRE CIENTÍFICO: A ver, técnicamente nos lo ha proporcionado, pero iba tan lleno de coletillas que no sabemos qué es nombre científico y qué coletilla, así que preferimos no arriesgarnos. Seriedad científica ante todo, ya sabéis.

CARACTERÍSTICAS: Entendámonos: coletillas dicen prácticamente todas las especies y todos los individuos humanos, pero sólo ésta en particular está como poseída por ellas. No son capaces de decir un simple ‘sí’ o un ‘simple ‘no’ sin utilizar coletilla alguna. En su caso podría ser, por ejemplo, un ‘o sea, sí’ o un ‘no, ¿lo pillas?’.
Coletillas, o muletillas, hay a miles, pero sólo los Coletilleros son capaces de pronunciar varias en una misma frase. Por poner un ejemplo práctico, si una persona de otra especie diría la frase ‘He pintado mi casa de rosa’ a secas o, como mucho, le añadiría al final una coletilla en plan ‘¿sabes?’ o algo por el estilo, un Coletillero puede extender esa sentencia hasta límites insospechados dejando algo así: ‘O sea, he pintado pintado de pintar, claro mi casa mi casa, ¿sabes? de color, ¿vale?, de color rosa, ¿sabes qué te quiero decir? ¿O qué?’. Y en realidad estamos poniendo pocas coletillas a lo que sería en realidad, pero es que se ha de tener una imaginación sin límites para siquiera acercarse al número de coletillas que utilizaría un Coletillero auténtico.
¿Son buenos o malos los Coletilleros? No tienen por qué ser ni una cosa ni la otra. Digamos que son un poco cansinos y, sobre todo, difíciles de seguir, porque se ha de estar muy concentrado en sus palabras para entender lo que pretende explicarte. Muy concentrado.

TIPOS: El Ordinado y el Subordinado. El Ordinado es ese Coletillero que, aun abusando de las coletillas, consigue ligar con cierta coherencia las frases y mantener, dentro de un límite, un discurso organizado. Al Subordinado, en cambio, no hay cristo que le entienda, porque las coletillas, directamente, lo han engullido. Se han realizado rigurosos estudios que indican que, de media, el Coletillero Subordinado necesita unas treinta y tres palabras en coletillas para decir una frase de cinco. Es tremendo, efectivamente. El máximo exponente de Subordinado sería el futbolista Raúl González, que consiguió hacer de sus aparaciones ante los medios de comunicación una coletilla interminable sin significado alguno, lo que no deja de tener un mérito, las cosas como son.

HÁBITAT: Ninguno en especial. Si el lector lo prefiere nos inventamos algo para que se quede más tranquilo, pero lo cierto es que, científicamente hablando, ninguno en especial.

ALIMENTACIÓN: Comas, puntos, puntos y comas, paréntesis, guiones… Cualquier cosa que signifique una pausa en lugares en los que no debiera haberlas. En cuanto a lo de la comida ingieren más o menos de todo, aunque, eso sí,  sin poder evitar soltar una coletilla como mínimo entre cucharada y cucharada. Compartir mesa con un Coletillero puede llegar a amargarte el almuerzo, sin ninguna duda.

APAREAMIENTO: Quizá, aunque pueda no parecerlo, es el punto en el que el Coletillero puede tener más conflictos con otras especies, pero si el lector se lo para a pensar no es tan extraño. Y es que es en plan ‘Mmm, ya te digo’, ‘¡Oooh, ¿me explico?!’ o ‘¡Me corro, ¿entiendes?!’ y puede llegar, es comprensible, a poner de los nervios al más calmado de los humanos.  Se suele solucionar el tema amordazando al Coletillero en cuestión, porque lo pide a gritos y, por supuesto, con coletillas. Por si os lo estáis preguntando, el sexo entre dos Coletilleros no es incompatible pero es una de las cosas más graciosas de la naturaleza junto a los pingüinos.

COMPATIBILIDADES: Se suelen llevar bien con los Detodosaprendo o los Hablaloquequieraquenoteescucho. ¿Se lleva bien con otros Coletilleros? No tiene por qué llevarse mal, pero las conversaciones llegados el caso son un sinsentido sin sentido alguno.

INCOMPATIBILIDADES: Si hay una especie que no puede estar ni dos segundos con un Coletillero porque un Coletillero puede llegar a decir siete coletillas en esos dos segundos ése es el Lospuntossobrelasíes. Pasado esos dos segundos tendrá ganas de suicidarse, de matar al Coletillero, o de las dos cosas a la vez. A las demás especies, más que el Coletillero lo que le molestan son ciertas coletillas en concreto. El ‘¿Me entiendes?’ sería quizás la más odiada. ¿Que si te entiendo?; ¿tengo pinta de retrasado mental o algo, imbécil, o es que te crees Einstein?

CONCLUSIÓN: O sea, no sé… Claro que, ¿me sigues?, no todo es, de alguna manera, lo que hay que ver, ¿lo pillas?. Aunque, pues ya ves, quién lo diría, diríamos. Pero, calla,  es como, por decir algo, y como quien no quiere la cosa, un decir, ¿estamos? Pues eso es lo que hay.

LeandroAguirre@2013 (revisión 18/07/2014)

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