ENTREBESTIA CON...

 

Francisco Nicolás Gómez Iglesias

 

 

 

28/10/2014

Dígame.

¿Nicolás?
Francisco, Fran, si no te importa.

Soy un juntaletras.
Felicidades. ¿Y quieres...?

Quiero preguntar.
Ya, tú y mil periodistas más.

Yo no soy periodista.
¿Y por qué preguntas?

Por vicio.
Qué vicio más tonto.

Es verdad. ¿Puedo preguntar o no puedo?
¿Para quién trabajas?

Yo voy por libre.
Va, pregunta.

¿Me explicas el asunto, por favor? Es que es todo como muy extraño.
Tardaría dos días y tengo cosas más importantes que hacer, como comprenderás.

Unas pinceladas.
Era un niño prodigio, qué quieres que te diga.

Un niño prodigio con mucho morro.
En esta vida es mucho más productivo echarle rostro que tener cuatro carreras universitarias.

Estamos de acuerdo. Ahora todo el mundo niega conocerte. Como mucho a alguna y alguno “les suenas”.
Porque están acojonados. Y tanto que me conocen: he hecho negocios con todos.

Hacer negocios no es nada ilegal, así de entrada.
Yo qué sé... El miedo es libre.

Ya. Pero, ¿eran negocios o eran estafas, como afirman algunos?
Negocios, eran negocios. ¿Conoces a alguien que me haya denunciado o algo?

La verdad es que no.
Pues eso.

¿Cómo se gana uno a esa gente?
No sé, es un don.

Los contacto de los que alardeabas, ¿eran reales?
Pues claro que eran reales. ¿Quieres que te explique, por ejemplo, cómo es el CNI por dentro?

¿Me va a reportar eso algún beneficio?
No creo.

Pues entonces no. La pregunta que todo el mundo se hace es: ¿cómo te colaste en la proclamación del rey?
Y dale. Que no me colé, que era uno de los invitados. ¿Tú crees que alguien puede colarse en un acto como ese?; ¿tú sabes cuántos controles de seguridad hay?

¿Y en calidad de qué fuiste invitado?
En calidad de Francisco Nicolás Gómez-Iglesias.

Y olé.
Porque yo lo valgo, efectivamente.

¿Y ahora, Nicolás?
Fran.

Siento decirte que me parece que de lo de ‘Pequeño Nicolás’ no te vas a librar en la vida.
Pues vale, pero me llamo Fran.

Está bien. ¿Y ahora, Fran?
Ahora aquí encerrado en casa esperando acontecimientos.

¿Miedo?
¿Miedo a qué?

Miedo a acabar en la cárcel.
Repito: no he hecho nada para acabar en la cárcel.

Serías la estrella.
¿El qué?

En la cárcel; serías la estrella en la cárcel.
Sería la estrella en la cárcel porque los compraría a todos y viviría como Dios, pero eso no va a suceder.

Que sea lo que la Justicia diga.
Así será.

Pues nada, suerte.
Suerte a ti, que juntas letras.

Eso sí. Adiós.
Hasta otra.

Si el tipo es actor, es el mejor actor del mundo, las cosas como son.

LeandroAguirre©2014

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