¿Hola?

Hola. ¿Ministra?
¿Quién habla?

El Juntaletras.
Ah... Hola, Juntaletras...

Uuuy... No se la oye a usted muy bien, ministra.
Ya me acerco más el teléfono.

Me refiero a que no se la oye muy animada.
No sé qué esperaba.

Le están dando por todos los lados...
Usted también lo considera injusto, ¿verdad?

Yo no he dicho tal cosa.
Lo sé, lo sé... Injustísimo, lo sé.

Oiga...
Tiene usted razón, Juntaletras: estoy siendo víctima de un linchamiento.

Usted a su rollo, ¿eh?
Que sí, que sí; que estoy de acuerdo con usted: es una conspiración judeomasónica en mi contra.

Cuando acabe ya me avisará.
No, ya está.

Se podían haber hecho las cosas mejor, ¿no?
¿Mejor? Mejor es imposible.

Hombre, imposible no. Se podía haber evitado el contagio de la enfermera.
Los imponderables son los imponderables, Juntaletras.

Que el protocolo falle no es un imponderable, doña Ana.
Yo no puedo controlar que la gente se ponga y se saque el traje bien.

Pero sí puede instruirlos para que lo hagan bien, cosa que no se hizo.
¿Tengo que ir yo a enseñarles cómo se pone un traje?

Hombre, usted en persona no; el ministerio.
Pero no yo, ¿verdad?

Nooo, usted no.
Pues eso.

¿Y los demás fallos?
Tampoco son culpa mía.

No tranquiliza usted demasiado, que lo sepa.
No, si encima ahora voy a tener que tranquilizar a la gente.

Con que no los alarmara más sería suficiente.
Yo no los alarmo.

Tampoco los tranquiliza.
Yo juré la Constitución, no juré tranquilizar al pueblo.

Se sobreentiende que es parte de su trabajo.
¿Dónde lo dice eso?

Repito: se sobrentiende.
Pues no sobreentienda tanto.

Ya. El otro día le hicieron una pregunta que no contestó.
Imposible: soy todo transparencia.

Era: ¿va a haber alguna dimisión, ministra?
(...)

¿Ministra?
Qué...

Le he hecho una pregunta.
¿Sí? Estaba despistada.

Que si va a dimitir alguien, usted por ejemplo.
(...)

Miniiistra...
Se debe haber cortado o algo.

¿Dimisiones?
(...)

Jodeeer...
No sea mal hablado, haga el favor.

Esto sí lo ha oído, veo.
No sé por qué lo dice.

Las dimisiones.
(...)

Ébola.
¡Ah! ¡¿Dónde?!

Era para hacerla reaccionar.
No me pegue estos sustos, hombre.

Venga, ministra. Suerte, que será la de todos.
Está todo controlado.

Sí, ya lo hemos visto.
Fallos humanos.

¿Alguna dimisión?
(...)

Tenía que intentarlo por última vez.
Bien probado.

Gracias. Hasta luego.
Adiós.

Ahora me siento mucho más seguro. Pero mucho más. Dónde va usted a parar...