Ave María Purísima.

¿Señor Gallardón?
Yo mismo.

Soy el Juntaletras.
¡Hombre, Juntaletras! Ya estaba yo preocupado. Y este hombre, que no llama, pensaba.

He estado liadillo y pensaba que usted también lo estaría.
Qué va... Estoy en paro, ¿ya lo sabe?

Por eso le llamo.
¿Sabe usted de algún trabajillo por ahí?

Mejor que los de consejero de administración que le van a ofrecer, no. Bueno, y peor tampoco, la verdad.
Lástima. ¿Y para qué llama?

Para despedirme, mayormente.
Qué majo...

Para despedirme y preguntar, claro.
Ya me extrañaba a mí...

Le han dejado tirado como a una colilla, con todo el respeto se lo digo.
Yo no lo veo así.

¿Y cómo lo ve?
Tenía una misión divina y no he podido llevarla a cabo.

Eso es peor todavía.
Mucho peor. ¿Con qué cara me presento yo ahora delante del Altísimo cuando llegue mi hora?

Usted lo ha intentado, hombre.
Esto es como la castidad: o se ejerce o no se ejerce, pero no se intenta.

¿Practica usted la castidad?
Desde que tuvimos a nuestro cuarto hijo.

Pero eso es muy malo, hombre de Dios.
Eso lo dice usted porque es un rojo ateo pro abortista.

Ya estamos...
Qué... Cada uno es lo que es.

Yo insisto en que en su partido le han ninguneado de mala manera.
No, no... Son buena gente.

Una buena gente que le han dejado tirado.
Bueno, sí, un poco.

Supongo que cuando comenzó con lo del aborto no iba por libre.
Bueno, no.

O sea, que, perdón por ser repetitivo, lo han dejado tirado.
Cabrones...

Suéltelo, hombre, suéltelo.
Hijos de puta...

Venga, don Alberto, que estas cosas, como la mala leche, es muy malo quedárselas dentro.
¡Mamones! ¡Cerdos! ¡Ateos abortistas!

Así, así...
¡Rojos! ¡Masones! ¡Hijosdelagrandísimaputa!

¡Venga, señor Gallardón, que va usted muy bien!
No, ya está.

¿Seguro? Aproveche el momento.
No, en serio, ya me siento mucho mejor.

¿Lo ve? Si es que hay que desahogarse de vez en cuando.
Ya...

¿Y ahora?
Pues no sé... A buscarme la vida.

Es usted fiscal en excedencia, si no estoy mal informado.
¡Coño, es verdad! Ya no me acordaba; hace tanto tiempo...

Así pues, ¿va a volver a ejercer?
Es que, no sé... Hay que ir a los juzgados, leerse instrucciones, escribir informes...

Hay que trabajar, efectivamente.
Casi espero un tiempo a ver si aparece un consejo de administración o algo. Tampoco me urge.

Ya imagino. Por cierto: le vi el otro día en un programa añejo junto a Sabina.
Ese rojo entrañable...

Me sorprendió que tenía usted sentido del humor.
Tengo un gran sentido del humor, Juntaletras.

Ahora ya no.
¿No?

No.
Vaya...

En fin... Le dejo ya, señor Gallardón.
Vale. Me voy a confesar, que he dicho alguna palabra malsonante que otra.

Cierto.
No me va a volver a llamar, ¿verdad?

¿Tiene previsto encadenarse en el Congreso para que prohíban el aborto o algo así?
Así en principio no.

Pues lo dudo, ya lo siento.
Bueno... Es la vida.

Es la vida, sí. Suerte.
Igualmente.

Me da hasta cierta lastimica, pobre. Bueno, en realidad no, no sé a quién pretendo engañar.