Digasemelé...

¿Doña Fátima?
Efectivamente. ¿Y usted es...?

Soy el Juntaletras, no sé si me recuerda.
¡Hombre, Juntaletras, cuánto tiempo! ¿Qué es de su vida?

Pues ya ve, aquí, juntando letras.
Muy bien, muy bien... ¿Y a qué se debe este honor?

Pues como siempre: quería preguntar.
Adelante, hombre, adelante; que no tengo nada que hacer.

Hombre, ministra; ¿nada que hacer?
Como usted ve, lo hicimos tan bien con la reforma laboral que ahora el paro baja solo y tengo mucho tiempo libre.

Eso le quería preguntar: ¿no cree que están siendo demasiado triunfalistas con el tema?
Al contrario: nos estamos conteniendo. Entre usted y yo, Juntaletras, yo creo que en un par de años tendremos paro negativo.

Y eso significa...
Eso significa que van a sobrar trabajos.

Con todo el cariño y respeto: no flipe.
Tampoco me creyó usted cuando lo de la desaceleración desacelerada y lo de los brotes verdes de verde esperanza (leer) y mire.

No, si ya miro, pero sigo sin ver los brotes verdes de los que me habla.
¿Brotes verdes? ¡Ahora es ya toda una jungla, Juntaletras!

Siguen habiendo casi seis millones de parados, ministra.
¿Y de quién es culpa?; ¿eh?

Ya... La herencia recibida y tal y cual, ¿no?
No: la culpa es de los parados.

O se explica bien o igual tiene un problema, doña Fátima.
Movilidad exterior. Ésa es la clave.

Que emigren, vamos.
Mo-vi-li-dad ex-te-rior.

También quería comentarle eso: en el descenso del paro del que ustedes tanto alardean, están incluidos los que han tenido que emigrar. ¿Eso no es trampa?
Aaay, que me parece que está usted hoy espesito, Juntaletras. Le repito: no emigran, se mueven exteriormente, lo que es un mérito del Gobierno.

No la sacaré de ahí, ¿verdad?
Ni usted ni mil como usted.

¿Y ahora qué, ministra?
¿Ahora qué de qué?

Que qué más va a hacer el Gobierno para ayudar al descenso del paro.
¿Más? No se puede hacer humanamente más.

Hombre, seguro que si buscaran alguna cosilla encontrarían.
Imposible. Las cosas perfectas no se tocan. Somos el asombro de Europa y del mundo.

También son el asombro mío, y eso no tiene por qué ser positivo.
¿Ve? Usted también está asombrado.

He querido decir que...
Ha dicho que está asombrado, no hay nada más que hablar.

En fin, ministra, la llamaré dentro de un tiempo.
Estaré encantada. Para cuando lo haga seguramente ya estaremos en paro negativo.

Ya sabe que me gustaría creerle.
¡Fe, Juntaletras, fe! ¡Venga, cantemos! ¡Libertad, libertad, sin ira libertad, guárdate tu miedo y tu iiira...!

La dejo ya, ¿eh, ministra?
¡...Porque hay libertad, sin ira libertad...!

Venga, adiós.
¡...Y si no la hay sin duda la habrááá...!

Hasta otra.

Lo que más me gusta de esta mujer es lo positiva que es. Realista quizá no, pero positiva...