¿Miley?
Sí.

Soy un juntaletras.
Muy bien. Yo soy una pop star.

Ya, por eso te llamo.
¿Qué quieres?

Preguntar.
Qué aburrido. Pensaba que querrías sexo.

Pero si no sabes ni cómo soy.
Me da igual. ¿Respiras por tu cuenta?

Sí.
Pues ya me vale.

Yo voy preguntando, ¿eh?
Vale. Yo me pongo cómoda.

¿Cómo va la gira?
Bien: mucha gente, mucha pasta, mucho sexo...

Tuviste que cancelar algún concierto...
Sí.

Se rumorea algo sobre una sobredosis.
Tonterías. Tomé un medicamento que me produjo alergia y me tuvieron que hospitalizar. Pasé dos días sin sexo; una pesadilla.

Imagino. Y ahora Europa, ¿no?
Sí. Espero que venga mucha gente, hacer mucho dinero y tener mucho sexo con europeos cachondos.

Y cuando se acabe la gira, otro disco, supongo.
Tienes una voz muy sexy.

He dicho: otro disco, supongo.
Mmm...

Si quieres lo dejamos.
Nooo... Sigue hablando.

Sí, hombre.
Me tendrías que ver: me llega la lengua por el ombligo.

Ésa es otra: ¿es necesario sacar tanto la lengua?
¿No te excita?

Nada. Pero nada, ¿eh?
¿Eres gay?

No, pero lo tuyo de la lengua me da más repelús que otra cosa, para qué te voy a mentir.
Eres gay.

Piensa lo que quieras. Hablando de pensar, ¿qué piensa tu padre de todo esto?
¿De qué?

De tu carrera, de lo de la lengua, de tus vídeos, de tus alergias a los medicamentos...
Mi padre está encantado.

¿Seguro que encantado es la palabra?
Mmm... Sigue hablando...

Así no se puede, Miley.
Es culpa tuya y de tu voz sexy. Estoy en el Hotel Ritz de Londres...

Yo no precisamente.
¿Y no puedes pasarte?

Más bien no.
Lástima.

Por cierto... ¿Qué tal con Justin?
¿Justin Bieber?

Sí, claro.
No sé, ahí con sus cosas.

¿Aún sois amigos?
Bueno, sí, pero no hablamos mucho.

¿Y eso?
Está un poco descontrolado.

No como tú.
Efectivamente. Las mujeres maduramos antes que los hombres.

Ya... Pues nada, Miley, hasta otra.
¿Seguro que no puedes pasarte por el hotel?

Seguro.
Háblame un rato, vaaa.

No, que tengo que transcribir la entrebestia y todo eso.
Mmm... Más...

Adiós, Miley.
Mááásss...

Cuelgo, ¿eh?

Qué chica, oye.