ENTREBESTIA CON...

 

Nicolás Maduro

 

 

 

19/03/2014

Dígame...

¿Presidente?
Presidente amenazado por los fascistas gringos, efectivamente.

Llamaba desde algún lugar de la Península Ibérica para hacerle unas preguntas.
¿Desde dónde?

Desde un sitio de Europa en el que están España, Portugal, Andorra, Bilbao...
Ah... Andorra me suena, sí.

Me congratula. ¿Puedo preguntar?
¿Es usted un agente del imperialismo fascista yanqui?

Sólo soy un juntaletras. Además, si fuera un agente de lo que fuera, ¿qué le hace pensar que se lo diría?
No es personal; se lo pregunto a todas las personas con las que me cruzo.

¿Pregunto o no pregunto?
Pregunte, pregunte... Los andorranos siempre me han caído bien.

¿Conoce a muchos?
¿A muchos qué?

Andorranos.
No, sólo a usted.

Vale. Empiezo, ¿eh? Parece que la cosa está un poco revuelta en Venezuela...
No sé por qué lo dice.

Por lo de las protestas y eso.
¿Protestas? Yo sólo veo a cuatro gatos teledirigidos por la conspiración fascistomasónica orquestada desde los EEUU para hacer fracasar la revolución bolivariana chavista.

Hombre, presidente, hay algún gato más que cuatro.
Le acepto cinco o seis, pero no más.

Entonces, si sólo son cinco o seis, ¿es necesario sacar al Ejército a la calle y todas esas cosas?
Es que son cinco o seis, pero muy peligrosos. Fascistas subvencionados, ya sabe.

Descarta que sean venezolanos cabreados, veo.
Una cosa no quita la otra. Se puede ser un venezolano cabreado y a la vez un fascista subvencionado. Aunque eso sí: un mal venezolano.

En todo caso parece que el ambiente está cada vez más caldeado. ¿No le da miedo cómo pueda acabar todo?
Acabará cómo tiene que acabar: con la victoria del pueblo venezolano bolivariano sobre los fascistas.

Ya, pero para vencer primero ha de haber una confrontación. Es a esa confrontación entre venezolanos a la que me refiero cuando le pregunto si no tiene miedo.
Yo ofrezco a todos los venezolanos, incluso a los malos venezolanos, diálogo. Éste es un Gobierno abierto. Eso sí: o aceptan si rechistar el bolivarianismo como su religión, a Chávez como el mesías y a mí como su profeta, o no hay nada de qué hablar.

Desde fuera no se le ve a esto buen final, ya se lo digo.
Qué sabrán ustedes los andorranos...

¿Qué final imagina usted?
Yo no imagino, yo sé.

¿Ve el futuro o algo?
Yo aún no, pero Chávez sí.

No me diga más: ha vuelto a visitarle el pajarito.
No: esta vez vino transformado en un osito de peluche tierno y esponjoso.

Jodeeer... ¿Y qué le dijo?
Con su dulce voz me dijo: “Tranquilo, Nicolás: soplaré y soplaré y a la oposición fascista derribaré”.

Eso es de Los Tres Cerditos, presidente.
Andorrano a tus andorras.

Que yo no soy andorrano, oiga.
¿No?; ¿y de dónde es?

De ningún sitio.
Hágase usted venezolano y abrace la fe bolivariana, hombre.

Quite, quite... Es que yo le tengo mucho apego al papel higiénico, ¿sabe?
Chávez me dijo que eso estará en breve solucionado.

¿Soplará y soplará y el papel enviará?
No: nos lo traerá una niña –vestida de rojo, obviamente– en una cestita.

Esto es Caperucita Roja.
Porque usted lo diga, apátrida.

En fin... Espero sinceramente que todo se solucione, presidente.
Se solucionará, no lo dude. Bueno, eso si los gringos fascistas no me asesinan antes, claro. Hugo me dijo que no comiera nada, que cualquier cosa podría estar envenenada.

Pero si no come nada se morirá.
Sí... Sería maravilloso, ¿no cree?

???!!!
Me convertiría en mártir, me sentaría a la derecha de Chávez Padre, me aparecería al próximo presidente en forma de mantis religiosa...

OK, presidente, gracias por su tiempo.
¿Seguro que no quiere convertirse al bolivarianismo?

No, gracias; es que a mí todos los ‘ismos’ me sientan fatal. Hasta otra.
Usted se lo pierde. Adiós.

En fin... Suerte, Venezuela.

LeandroAguirre©2014

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