CONTRAMUNDIAL (3)

De hombres. El protagonista indiscutible de esta semana de Mundial no ha sido ni un gol, ni un penalti, ni una expulsión, ni siquiera los dementes disfraces de algunos en las gradas. No. El protagonista indiscutible de esta semana de Mundial ha sido un bocao. Un mordisco, me refiero. Concretamente el que le soltó el uruguayo Luis Suárez al italiano Chiellini en el omoplato. En el izquierdo, por ser más concreto aún. Y, bien, eso de morder está bastante feo, es cierto, pero sorprende un poco que la gente lo considere infinitamente peor que pegar patadas de kárate en el pecho, arrear codazos, amenazar de muerte, escupirle en la cara a alguien o meterle un cabezazo en la nariz al contrario, cosas que vemos todas ellas en los terrenos de juego y que nunca han merecido sanción como la que se ha llevado el charrúa. Muchas veces ni son expulsados del campo. Debe ser por lo del “deporte de hombres” y eso. Que, ya que estamos, si para ser un hombre se han de hacer todas esas cosas, yo dimito y me hago asexual, así de claro.

FIFA. La sanción que le ha caído a Luis Suárez tiene telita: nueve partidos sin jugar con su selección, ochenta y pico mil euros de multa, y cuatro meses sin jugar al fútbol, sin poder entrar en ningún estadio, sin poder estar en hoteles o aviones FIFA y sin, así en general, poder hacer nada relacionado con el fútbol. Para mí que se han quedado cortos. Yo le hubiera prohibido también comer bombones, porque son redondos como una pelota, le pondría una orden de alejamiento de cualquier patio de colegio porque ahí se suele jugar al balompié, y le dejaría ciego con un hierro al rojo porque los globos oculares también son esféricos como un balón de fútbol. Porque, y ésa es otra, todo esto lo han decidido unos señores que lo más redondo que han visto en su vida son sus barrigas después de una opípara comida y unos cuantos güiskis. Los mismos que le han adjudicado un Mundial a Qatar por, como todo el mundo sabe, ser un país clásico del mundo del fútbol y no por la pasta que tienen. La FIFA da un asco que es difícil de explicar incluso para un juntaletras medianamente experimentado como yo.

Dentadura. Eso sí: aunque la sanción me pueda parecer una exageración y, en muchas cosas, una ridiculez, Luis Suárez que se lo haga mirar porque lo suyo no es normal. Y es que si te da una vez por morder a un contrario en un partido de fútbol, bueno, puede ser una ofuscación que nos puede pasar a todos. Si te da por hacerlo dos veces deberías plantearte que igual tienes un problema. Pero si ya lo haces tres veces tienes que ir de cabeza a un psiquiatra porque es evidentísimo que tienes una enfermedad mental que resolver. En todo caso quiero expresar también mi profunda admiración por las tres personas que han sido mordidas por Luis Suárez a lo largo de estos años. Me refiero a que tiene mucho mérito que te peguen un bocado y no le metas un puñetazo en la boca al tipo que te lo ha pegado, que sería la reacción normal de cualquier ser humano en dichas circunstancias. Paz y amor pa’ todo el mundo, por supuesto, pero el día que alguien le haga saltar la dentadura en pedazos a Luis Suárez quizás se lo piense dos veces antes de sacar sus instintos caninos a relucir la siguiente vez.
Continúa el Mundial, por cierto. Lo recalco porque, como casi nadie informa de ello, igual no os habíais enterado.

LeandroAguirre©2014

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