'LONDON'S BURNING' (3)

Frikis. Siguen pasando los Juegos y siguen las locas y los locos esos corriendo, saltando, lanzando, remando y mil cosas cansadísimas más sin cesar. Agotador, de verdad. Pero unos Juegos siempre tienen sus cosas interesantes. Los espectadores, por ejemplo. Ya se entreveía en la piscina olímpica y otras instalaciones, pero una vez llegada la competición al estadio, al templo deportivo de todos los templos deportivos, queda bien clara la magnitud de la tragedia. El Mundial de Fútbol es un pasatiempo infantil al lado de esto. Es decir: el nivel de frikismo que puede alcanzar la raza humana llega a su máximo exponente en unos Juegos Olímpicos. Qué cosa, de verdad. Qué disfraces ideados por psicópatas; qué pinturas que ni Warhol hasta las cejas de LSD; qué sombreros ideales como diana de un misil tierra-tierra; qué accesorios y parafernalia innecesarios a la par que horrorosos... No sé... Cada uno sale cómo le da la gana ante miles de millones de espectadores, por supuesto, pero digo yo que esa gente tendrán luego vidas normales y compañeros de trabajo y familia y amigos que se avergonzarán de ellos y los apartarán como apestados, ¿no? Porque de otra forma eso sería amor incondicional hasta las últimas consecuencias, y lo demás, tonterías.

'Help!'. Claro que una cosa es hacer el friki cuando eres una persona anónima y otra es hacerlo cuando te conoce todo el mundo. Me refiero a que no es lo mismo irse a matar elefantes por ahí cuando eres el rey de un país que si no lo eres. Del mismo modo, tampoco es lo mismo hacer el idiota en público si te llamas Paul McCartney que si te llamas Perico de los Palotes. Y el espectáculo que dio el ex de los Beatles el otro día en el velódromo fue de vergüenza ajena: gritando cuando nadie gritaba, ondeando la bandera cuando nadie lo hacía, bailando, o algo parecido, cuando todo el mundo estaba sentado, intentando iniciar una ola sin que nadie le hiciera puñetero caso... Penoso. Y, lo juro, estoy escribiendo esto escuchando los Beatles, pero penoso. Aparte de que, aunque no tenga nada que ver, ¿os habéis fijado que Paul McCartney cada vez se parece más a la abuela de Paul McCartney? Es un efecto de la edad curiosísimo, en serio.

Vladi. Claro que no sé si prefiero a McCartney haciendo el friki o a Vladimir Putin queriendo parecer un ser humano. Mira que el hombre lo intentó, ¿eh?, pero nada, que no le salía. Se fue a ver el judo o algo así y ganó un atleta ruso, tras lo cual, claro, el bueno de Vladi los colegas le llamamos Vladi, qué pasa... tuvo que aparentar que estaba como unas castañuelas de alegre y, por supuesto, no le salía del hígado. Hasta fue a saludar al judoka para mostrarle su afecto y entusiasmo, lo que, lejos de alegrarle o enorgullecerle, acojonó al pobre ruso, que no sabía si el presi le esta felicitando o si estaba a punto de comunicarle que iba a pasarse los próximos cuarenta años en una cabaña siberiana. Había que verle la cara, pobrecico. Y es que Putin es de esas personas que acojona más alegre que cabreado, lo que está al alcance de muy pocos. Dicen que Hitler invadió Polonia un día que se levantó de buen humor, así que mucho ojito con las alegrías de según quién.

Yerba. Y ya que esto es, se supone, una crónica olímpica, habrá que hablar algo de deportes, me parece. Bueeeno, vaaa... Aparte de que prosigue la antológica exhibición de España en los Juegos, sólo quiero decir dos palabras: Usain Bolt. Qué fiera, el tipo. Aunque fuera o fuese dopado, oye. Cierto es que es un notas y que le meterías una colleja para después morir, claro, que a ver quién escapa corriendo del amigo cuando monta el numerito antes de salir, pero qué fiera. Encima otro jamaicano pequeñito que corría como el Correcaminos quedó segundo, con lo cual la pregunta es inevitable: ¿qué tiene Jamaica para que salgan tipos que corren como si les persiguiera la policía?
Antes de que salga el listo y/o graciosete de turno a decir que es por, jijí jajá, la marihuana, lo desmiento desde ya yo desde aquí. Tras un cuarto de siglo estudiando concienzudamente el tema de hecho ahora estoy finalizando mi investigación en Ámsterdam puedo afirmar sin riesgo a equivocarme que la media a la que una persona fumada de marihuana puede hacer los 100 metros lisos es de 3 días, 14 horas, 26 minutos, 4 segundos y 8 décimas. Así que habrá que ir buscando otra teoría, porque la de la yerba queda muy simpática y tal, pero no hay por dónde cogerla. Yo voto por que corren tanto porque, literalmente, huyen de la policía. Otra cosa no se me ocurre. ¿A vosotros?

LeandroAguirre©2012

TODAS LAS CONTRACONTRACRÓNICAS

 

 

SECCIONES ACTIVAS

SECCIONES FINALIZADAS

OTROS