Carrerón. Apasionante está siendo esta primera semana de Juegos, ciertamente. Ese bádminton, ese levantamiento de peso, esa esgrima, ese ping-pong, esas canicas, ese dominó... Impresionante. Una cantidad ingente de atletas practicando las más variopintas modalidades con una característica en común. ¿La lucha por las medallas?; ¿la batalla por el éxito?; ¿el esfuerzo del intento? Quiá... Que son todos guiris. Porque para encontrar a un atleta patrio disputando alguna final por ahí hay que hacer investigación deportiva a lo CSI. Qué carrerón, oye. Hasta los del fútbol se la han pegado. Con Indurain no pasaban estas cosas.
Medalla. De hecho, ayer España consiguió su primera medalla en estos Juegos gracias a la nadadora Mireia Belmonte, que quedó segunda detrás de una china, que se puede afirmar que es como quedar primera porque, por decirlo suavemente, las chinas de hoy son las soviéticas de ayer. Pero antes de la salida la chica ya se merecía la felicitación, básicamente por ser la única nadadora de la delegación española que no se ha ahogado y ha terminado las pruebas. El resto regresan a España con una chapa en vez de con una medalla: la que pone su nombre y fecha de defunción en el ataúd que los trae de vuelta. El motivo de la muerte está claro: glu glu glu. Descansen en paz.
Muy grandes. Estoy muy impresionado con los levantadores y levantadoras de peso. Y no es por la cantidad de kilos que son capaces de levantar, lo que también tiene mucho mérito y es muy encomiable, es por ser capaces de hacerlo y no cagarse en el intento. Literalmente hablo. Yo sería incapaz de levantar tres kilos y medio de peso sin, aparte de herniarme y hacerme ciscos la espalda al intentarlo, defecarme encima. Un mérito tremendo, repito. ¡Bravo!
El rey. He comprobado que esta primera semana es básicamente cosa de agua –natación, saltos de trampolín, piraguismo, aguas bravas, vela...– y raquetas –tenis, bádminton, tenis de mesa...–, pero hay otras cosas. El judo, por ejemplo, que es ese deporte en el que dos tipos se agarran y se hacen un ovillo y el vencedor se echa a suertes. O la hípica, donde gana, creo, porque no estoy muy puesto, el caballo que consigue tirar al suelo al tipo con el que carga. O el tiro con pistola, que tendrá el mérito que queráis pero para el que no hace falta ser demasiado deportista. El otro día entrevistaban a uno que practicaba este deporte (?) y el hombre pesaba lo menos el doble que yo, y eso es mucho, en serio. O la gimnasia, gente con unos brazos y unas espaldas que si te pegan medio guantazo te desgracian la vida.
Aunque ningún deporte de los JJOO estivales le llega a la suela de los zapatos al rey de los deportes en los Juegos de invierno: el curling. Sí, hombre, ése que se lanza una cosa redonda por el hielo y van dos barriendo delante del artefacto. Mi deporte favorito sin ningún tipo de dudas. Tremendo. Brillante. Maravilloso. Genial. Insuperable.
'TV eye'. Hay deportes más televisivos que otros, es evidente. Seguir una carrera de natación, por decir algo, es fácil. Pero, ah, amigo, otros deportes no son tan sencillos. El ping-pong, por ejemplo, se sigue más de oído que de vista: ves a dos tipos moviéndose a toda leche y sabes si le han dado o no por el ruidito, porque ver la pelotita sólo lo consiguió, en su momento, Superman y porque, ya sabéis, tiene superpoderes en los ojos y tal. O el bádminton y el hockey hierba, que tampoco son lo más televisivo del mundo. El esgrima, en cambio, antes no lo era y ahora sí. Antes no te enterabas un pijo de lo que pasaba y tenías que fiarte de la buena fe de los jueces y los comentaristas. Ahora les han puesto un casco con luces que se ilumina y suenan todas las alarmas de Securitas cada vez que un tirador (que así se llaman los que practican este deporte) es tocado. Es muy gracioso porque cada vez que les tocan parecen C3PO, lo que no podría ser más televisivo. Tres hurras por el inventor del artefacto. Hip hip...
Hidratación. Y los Juegos avanzan y todo cada vez es más duro para el espectador. Porque ver a gente nadando puede llegar a ser hasta refrescante y todo, pero, en pleno agosto, ver a gente corriendo va a ser muy duro. Con el colofón de la maratón, claro, que es lo más agotador, aparte de un pleno del Congreso, que uno puede presenciar por televisión.
Yo ya me estoy preparando con complejos vitamínicos, muchos hidratos de carbono y, sobre todo, hidratación, mucha hidratación. El médico me ha dicho que lo de la hidratación está muy bien, pero que si puedo evitar que la hidratación sea alcohólica mucho mejor. Pero qué coño sabrá él, ¿verdad?
