La Celestina

Lo primero que cabe destacar de La Celestina es que no se llama La Celestina, sino Tragicomedia de Calisto y Melibea, que son, en realidad, los protagonistas de la historia. ¿Por qué entonces ha llegado hasta nuestros días como La Celestina? No sé... Los humanos, que somos así de raros, otra explicación no se me ocurre. Es como si Don Quijote de la Mancha fuera conocida como El Sancho Panza, El lazarillo de Tormes como El puto ciego de mierda, o Batman como El Robin. Pero es lo que hay: La Celestina. No sabemos qué pensaría Fernando Rojas ahora si viera que le habían cambiado el título a su obra por la cara, pero igual no se lo tomaba demasiado bien. Lo curioso es que no podría hacer nada al respecto excepto cabrearse porque hace ya muchos siglos que le caducaron los derechos de autor, así que... Pero, en fin, todo conjeturas.
Va esta obra sobre, como decíamos, Calisto y Melibea. Calisto se cruza un día con Melibea y sufre lo que técnicamente se conoce como un flechazo, pero ésta, muy digna, le da calabazas. ¿Qué hace entonces Calisto?: ¿insistir?; ¿mandarle flores?; ¿inundarla a eseemeeses? Quiá... Contrata, a propuesta de uno de sus criados, a una puta vieja, Celestina, de profesión alcahueta y madame, para que le allane el camino. Y Celestina, una profesional, consigue su cometido y Melibea se enamora profundamente de Calisto.
Pero, ah, no todo podía ser tan bonito. Los criados de Calisto, enfadados porque Celestina no quiere compartir la recompensa con ellos, la matan y acaban en la cárcel. Entonces las prostitutas de Celestina también se enfadan y contratan a un tipo para que se cargue a Calisto, que no entiendo muy bien qué había hecho para merecer morir, pero bueno. La rabia, que enciega. En esto que el sicario de las putas se comporta como un auténtico cafre y lo único que consigue es armar un escándalo en la calle. Calisto, que en esos momentos retozaba con Melibea en los aposentos de ésta, oye el escándalo y, pensando que sus criados están en peligro, corre en su ayuda. ¿Y qué hace pues? Pues, en lugar de salir por la puerta como las personas normales, intenta salir descolgándose por un muro y se da un hostiazo que le cuesta la vida. Muy torpe Calisto, sí. Entonces Melibea, para rematar la faena, presa de la desesperación por haber perdido a aquel hombre al que conocía hacía cinco minutos, va y se suicida. Todo a la tremenda, efectivamente.
Y ya está. Que, a lo Hamlet, se mueren casi todos, vamos. Y yo sigo dándole vueltas a por qué se le llama a este libro La Celestina. ¿Quién decidió cambiarle el nombre? ¿Por qué? ¿Por qué los demás le siguieron la corriente? ¿Por qué no merecieron Calisto y Melibea pasar a la posteridad como Romeo y Julieta? ¿Por qué tanto odio? Un sinvivir de dudas, ciertamente
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LeandroAguirre©2013 (revisión 14/08/2014)

 

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