Hamlet

Hamlet... Qué decir de Hamlet... Que Tarantino es un aprendiz, básicamente. Porque la ensalada de muertes de Hamlet que, se ve, era príncipe de Dinamarca, que, se ve también, es un país marcan una época, indiscutiblemente. Ahí muere todo quisqui, oye. Incluido Hamlet, por supuesto.
Por ejemplo, muere envenenada Gertrudis, la madre de Hamlet, por beber de una copa de la que, en principio, tenía que beber su hijo. Muere igualmente, o mejor dicho ya estaba muerto antes de empezar la obra, el padre del príncipe danés, también llamado Hamlet que en la obra aparece como un fantasma (como un espíritu, me refiero, no como un chulopiscinas), asesinado por su hermano Claudio, rey en curso que es el malo malísimo de esta historia. Muere también Polonio, chambelán del reino, porque Hamlet, que parece que aparte de hablar raro y complicado veía más o menos como Rompetechos, lo asesina por error. Como resultado de esta muerte aceptaremos que accidental, a Ofelia, hija de Polonio que tenía un rollete con Hamlet, se le para la cabeza y acaba ahogada en un río y muerta, que es lo que suele suceder cuando te ahogas en un río: que te mueres. Fallece asimismo Laertes, hermano de Ofelia y, se supone porque eso nunca se sabe, hijo de Polonio, también a manos de Hamlet, que le hiere con una espada envenenada que él no sabía que estaba envenenada. Un tipo muy torpe Hamlet, efectivamente, aunque malas lenguas aseguran que sí lo sabía y que se lo carga por tener un nombre extraño. Obviamente muere el rey Claudio, que, como villano de la obra, no podía quedar con vida después de la carnicería que os acabo de explicar, y, como ya os había avanzado, también el propio Hamlet fallece, ya que se suicida al comprobar desolado que se había cargado a toda la población danesa y ya no le quedaba nadie a quien matar. Y así da Shakespeare (Chéspir para los amigos) por finalizado este festival gore de exaltación de la muerte y
de la sangre.
Pero seamos justos: gran clásico donde los haya. Y si se entendiera la mitad de lo que dicen, ya sería la leche. Porque, eso sí lo advierto, desconfiad de quien diga que entiende perfectamente Hamlet. Son los mismos que dicen entender Matrix y el final de Perdidos. ¡Mienten! Como bellacos, más concretamente.

LeandroAguirre©2012 (revisión 20/06/2014)

 

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