NOMBRE: Carlos I de España y V del Sacro Imperio Germánico. Y olé.
ÉPOCA: Una en la que pegabas una patada en el suelo y te salía un español en cualquier rincón del mundo. La mayoría gallegos, por supuesto.
CURRÍCULUM: Cuando uno nace con estrella, nace con estrella. Y Carlos I o V o cómo queráis llamarle, se lo encontró todo hecho. Y es que si tú naces y ya de entrada eres rey de España —que en aquellos momentos incluía, no lo olvidemos, la mitad del continente americano—, emperador del sacro Imperio Romano Germánico, rey de Nápoles, Sicilia y Cerdeña, duque de Borgoña y archiduque de Austria, parece que no vas a tener que preocuparte demasiado por tu futuro en general, y mucho menos por tu futuro laboral.
Lo que pasa es que, claro, cuando lo tienes todo es más fácil que se te pare la cabeza que cuando no, y el bueno de Carlos soñaba con un imperio mundial dominado por los Hasburgo, es decir por él. Talmente como los supervillanos de Superman, Spiderman y demás, sólo que él tenía una remota posibilidad de conseguirlo. Pero no se salió con la suya, por supuesto, porque la gente por el mundo también es muy suya y eso de que mande solamente un tipo que, además, en un agravante catedralicio, era español, como que no lo aceptaban demasiado bien, como es natural. Así que finalmente Carlos le dejó a su hijo Felipe II un imperio en el que nunca se ponía el sol, que no está mal, pero no pudo dejarle en herencia el globo terráqueo como era su intención. Y es que la gente, está claro, cuanto más tenemos más queremos. Podríamos decir aquello tan bonito de que la avaricia rompe el saco, pero en este caso mentiríamos como bellacos porque a Carlos Primeroquinto no se le rompió en absoluto el saco, y eso que estaba lleno a reventar.
MOMENTAZOS:
–Siempre nejatifo. Curiosa la coronación de Carlos como rey de España. No por nada, sino por las peticiones que las Cortes le hicieron al nuevo monarca, entre las que destacaba que, por favor, y si no era molestia, aprendiera a hablar castellano. Ya no le pedían ni el catalán ni el bable, pero que al menos chapurreara el castellano era una cosa de agradecer mayormente porque allí no entendía el flamenco ni el tato. Y es que, como a su madre Juana el reinado le duró lo que un videojuego de la Play a la puerta de un colegio, Carlos se educó y creció en Flandes y sabía de español lo que yo sé, más o menos, de kurdo, que si no es un idioma más a mi favor. El cachondeo que habría en la actualidad si tuviéramos un rey con acento holandés sería pa' verlo, en serio. Al de ahora no se le entiende mucho, pero al menos habla nuestro idioma. Y si no lo habla lo disimula bastante bien, las cosas como son.
–Hijodelagranputa. Digámoslo claro: Carlos Primeroquinto era un cabrón. Como ya explicamos en la Infrahistoria de Juana I de Castilla, más conocida, pobre, como Juana la loca, su hijo Carlos no sólo la mantuvo encerrada como había hecho Fernando, el padre de Juana, sino que además la obligaba a ir a misa a diario aunque fuera torturándola. Era tan demencial el asunto que ésa fue otra de las cosas que las Cortes demandaron al rey el día de su coronación: que se relajase un poco con su madre, ya que, al fin y al cabo, ella había sido la reina de Castilla y, además, aquello era humanamente intolerable. ¿Qué hizo el rey? Con la excusa de que no entendía español se hizo el sueco, o mejor dicho el flamenco, y prosiguió a lo suyo. Lo dicho: un cabrón.
–Abdicación. Una cosa hay que reconocerle a Carlos Primerquinto: que, cuando se vio hecho una mierda, decidió que era el momento de dejar paso a las nuevas generaciones y, tras abdicar, se retiró a meditar, a cazar elefantes o a lo que sea que hacen los reyes cuando dejan de ser reyes. Y que conste que no miro a nadie, ¿eh, Su Majestad?; que se le ve a Usted en plena forma ahí aguantándose en la mesa para no perder el equilibrio y darse, por enésima vez, de bruces contra el suelo.
EPÍLOGO: Técnicamente, el primer rey de España. Porque, sí, los Reyes Católicos se querían mucho y lo compartían todo y tal y cual, pero Castilla era de la una y Aragón era del otro. Y como a lo de la maltratada Juana no se le puede considerar un reinado, se puede decir que Carlos I fue el primer monarca español. Y así hasta ahora. Qué desgracia...