NOMBRE: George W. Bush.
ÉPOCA: Una en la que si eras de Florida no valía la pena ni que te levantaras para ir a votar.
CURRÍCULUM: Puede parecer un contrasentido, pero este hombre, que en teoría fue el presidente del país más poderoso de la Tierra, es el más grande títere de la historia de la humanidad. Papá Bush, que también se llamaba George y también había sido presidente de EEUU, estaba desesperado con el pequeño Georgito. Había probado de todo: enchufarle en empresas de amigotes, comprarle equipos de béisbol, darle descargas eléctricas mientras dormía… Pero que no había maneras, oye: al tipo lo único que le motivaba era una botella de Jack Daniels' y papá George ya no sabía qué hacer con él. Así que papá Bush, que ya no podía volver a ser presidente, y sus amigotes, gente como Cheney y Rumsfeld, decidieron que, ya que no se le podía sacar nada positivo a aquel chaval, al menos se le podía sacar partido. Por lo que primero lo pusieron de gobernador de Florida y después de presidente de EEUU, para que ellos y sus empresas fueran los que realmente gobernaran el mundo.
El mandato de Bush, en fin… Si en las cosas importantes mandaban papá y sus amigos, y en el resto no se ha visto persona más lerda en la vida, os lo podéis imaginar. Bush convirtió el mundo en el lejano oeste: invasiones injustificadas por aquí, recorte de libertades por allá, inflaciones del ego de Aznar por acullá… Eso sí: para periodistas, opinadores y, sobre todo, humoristas era una mina como no había ni ha vuelto a haber otra. Para iraquís, afganos y resto del mundo en general es otra historia, claro.
MOMENTAZOS:
–Florida. Georgito llegó a presidente gracias a uno de los pucherazos electorales más importantes de la historia. Resulta que en Florida, estado en el que se decidió la presidencia, gobernaba un hermano de Georgito y, se ve, los tejemanejes realizados para que éste ganara marcaron una época. Histórico y surrealista el recuento de las papeletas de aquel soleado estado que, finalmente, y por decisión de un juez casualmente amigo de la familia, acabó con la ventaja de un puñado de votos de Georgito sobre Al Gore, el que debía haber sido legítimo presidente de los EEUU de América. De república bananera es poco.
–Litros de alcohol corren por mis venas, mujer. El rasgo más característico de Georgito, aparte claro está de su evidente deficencia intelectual, era su alcoholismo, algo que se es, según los propios alcohólicos, durante toda la vida. La desgracia fue que a Georgito le dio por dejar la bebida, en una decisión que cambió el curso de la historia. Porque si Georgito hubiera seguido bebiendo pues papá Bush no habría tenido otra alternativa que seguir comprándole equipos de béisbol y esas cosas, pero claro, tenerlo sobrio y tener dinero era lo único que necesitaba para convertirlo en presidente, y así fue todo después. Y es que, a pesar de lo que se diga, mucha gente es mejor que esté bebida o drogada, porque serenos les sale la mala leche y dan un miedo atroz.
–'Cookies'. El mundo pudo ser diferente un día en que Georgito estuvo a punto de morir ahogado por atragantamiento de galletita, aunque finalmente todo quedó en anécdota. Y es que si a los hombres se nos acusa de no saber hacer dos cosas a la vez, imaginad el asunto en un hombre como Georgito. El que permitió que intentara comer y respirar al mismo tiempo fue un irresponsable, ciertamente.
–11-s. Glorioso el momento en aquella guardería un 11 de septiembre cuando a Georgito le comunican que las Torres Gemelas han caído y que el país estaba siendo atacado. Glorioso de verdad. ¿Sabéis las esfinges de la Isla de Pascua? Pues hubieran tenido una reacción más humana que la que tuvo Georgito. Bueno, hubieran tenido algún tipo de reacción, porque Georgito, básicamente, se quedó ahí paralizado sin saber qué hacer. Y es que, claro, acostumbrado como estaba a que fueran papá y sus amigos los que tomaran las decisiones, a la que tuvo que decidir si se levantaba o qué hacía, se quedó petrificado en la silla colapsado por las dudas.
–Armas de destrucción masiva. Como los amiguitos de papá necesitaban vender armas y tener petróleo por la cara, a Georgito le obligaron a invadir Irak porque, se suponía, Sadam Hussein poseía armas de destrucción masiva, que era algo que no creía nadie excepto Aznar y su ego. Y, bueno, una vez arrasado el país ahora los irakís son, como bien sabéis, gente mucho más feliz que viven en un paraíso en el que nunca sucede nada malo. Y es que qué injustos somos con Georgito, su papá y sus amigotes, la verdad.
EPÍLOGO: Alguien que le cae bien a Aznar y a quien le cae bien Aznar ya lo dice todo.